MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Centro de Biología Molecular 'Severo Ochoa', centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han demostrado que la mejora de la capacidad energética de las células epiteliales tubulares renales protege al riñón de la fibrosis, proceso que subyace a importantes patologías en aumento de prevalencia como la enfermedad renal crónica.
En un gran número de casos, la enfermedad renal crónica (ERC) es la evolución final de la nefropatía diabética, la nefropatía hipertensiva o el riñón envejecido. Debajo de estas patologías subyace la fibrosis, que es la sustitución de tejido celular funcional por proteínas de matriz extracelular, como el colágeno.
En el trabajo, publicado en el 'Journal of Clinical Investigation', investigadores han demostrado que la mejora de la capacidad energética de las células epiteliales tubulares renales protege al riñón de la fibrosis. Así, mediante la sobre-expresión de una proteína enzimática mitocondrial (Cpt1a), que permite que los ácidos grasos de cadena larga puedan entrar en las mitocondrias, observaron en diferentes modelos experimentales que, efectivamente, existe una protección significativa frente al desarrollo de fibrosis.
"El metabolismo de los ácidos grasos dentro de la mitocondria confiere un gran poder bioenergético, al generar una gran cantidad de ATP (nucleótido fundamental en la obtención de energía celular) y mantener a las células epiteliales en un estado óptimo para defenderse de la inflamación crónica, que es el origen principal de la fibrosis", han explicado los autores.
Así, los investigadores pudieron comprobar el acúmulo de metabolitos derivados de unos bajos niveles de la enzima Cpt1a en dos cohortes de pacientes con enfermedad renal crónica. "Aunque no existen activadores específicos de esta enzima, hay fármacos disponibles que permiten mejorar el metabolismo de las células renales, algunos en fase de estudio", han apuntado.
En el trabajo participan investigadores de diversas instituciones españolas y americanas, a través de un importante esfuerzo colaborativo. Su desarrollo ha sido apoyado por varias agencias españolas de investigación públicas, así como por la Fundación Renal "Iñigo Álvarez de Toledo".