Europa Press
16 oct 2019. 17.03H
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MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Al menos 7 de cada 10 niños con trastorno generalizado del desarrollo (TGD) presentan problemas de sueño, según advierte la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) con motivo de un simposio organizado por Kurasana en el 33º Congreso Nacional de esta sociedad científica, que se inicia este jueves en Toledo.

Pese a estas altas cifras, los expertos en este tipo de trastornos coinciden en que las alteraciones del sueño están "infradiagnosticadas" y que no solo tienen un carácter conductual, sino también biológico en algunos casos. Además, apuntan que, en general, los padres suelen infravalorar los trastornos del sueño de sus hijos al creer que duermen mejor de lo que lo hacen.

"El porcentaje de trastornos del sueño se multiplica por dos cuando a las preguntas de un pediatra responden los niños en vez de los padres. El problema es que muchos padres asumen los problemas del sueño de sus hijos como algo normal, cuando no lo son", destaca el doctor Víctor Soto Insuga, neuropediatra especializado en trastornos del sueño del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.

"Si un niño con TGD tiene un problema de sueño (por este tipo de insomnio, apneas, trastornos digestivos o sensoriales), va a evolucionar de forma más desfavorable a nivel cognitivo y motor, obteniendo menos beneficios de los tratamientos prescritos", ha advertido al respecto Milagros Merino Andreu, de la Unidad de Trastornos Pediátricos del Sueño del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

La doctora ndica que son muchas las consecuencias negativas que se derivan de un sueño deficitario en los niños. "La falta de sueño o un sueño de calidad deficiente afectan al desarrollo del niño, a su bienestar, al rendimiento cognitivo y a su respuesta terapéutica", subraya Merino.

Así, añade que las consecuencias de un sueño de poca calidad no solo son "nefastas" tanto a nivel conductual como a nivel de aprendizaje, sino que "posiblemente también tenga consecuencias a largo plazo a nivel endocrino, cardiovascular y autoinmune". "Incluso, se sabe que los trastornos de sueño en periodos de vulnerabilidad (antes de los 6 años) pueden producir daños irreversibles", apostilla el doctor Víctor Soto.

Para combatir estos problemas, cada vez más frecuentes, se cuentan actualmente con diferentes opciones, desde el establecimiento de medidas básicas de higiene del sueño hasta la aplicación de terapia cognitivo-conductual y el uso de melatonina (en ocasiones acompañado con triptófano). Incluso, "en algunos casos se precisa la realización de un estudio de sueño para registrar eventos (como las apneas, crisis epilépticas o movimientos en extremidades)", comenta Milagros Merino.

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