Europa Press
04 ene 2019. 12.56H
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MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

Los síntomas laríngeos, como la tos crónica o la ronquera, pueden ser causados por la compresión de los nervios craneales nueve y diez en el tronco cerebral, según una investigación de la Universidad Médica de Carolina del Sur, Estados Unidos.

Si bien un ataque de tos repentino es un reflejo protector para despejar las vías respiratorias, la tos crónica puede ser causada por múltiples factores que deben investigarse para determinar el tratamiento. La tos es solo uno de varios síntomas laríngeos, que incluyen ronquera y respiración disfórica y que pueden debilitar al paciente.

"Hasta hace poco, la causa de estos síntomas laríngeos severos no podía identificarse en muchos pacientes, y los únicos tratamientos eran controlarlos con medicamentos y terapia de rehabilitación" alerta la profesora del Departamento de Otorrinolaringología de la entidad y directora médica del Instituto Evelyn Trammell, Lucinda Halstead.

"La tos crónica no es solo aclarar un poco la garganta, estamos hablando de una tos muy fuerte", aclara. Estas personas pueden romperse costillas o volverse incontinentes debido a la fuerza que se emplea, lo que "resulta sumamente debilitante", esclarece.

PROCEDIMIENTO DE DIAGNÓSTICO

Cuando un paciente presenta síntomas laríngeos crónicos (que persisten durante más de ocho semanas y no mejoran con el tratamiento estándar), los médicos siguen un protocolo paso a paso para ver las causas más comunes. Por ejemplo, más del 86 por ciento de las toses crónicas son causadas por drenaje post-nasal, asma o enfermedad por reflujo gastroesofágico, según datos de la investigación.

Si el historial completo y el examen no identifican la causa, un otorrinolaringólogo evalúa la laringe. En algunos pacientes, esto produce un movimiento asimétrico del pliegue vocal o parálisis de las cuerdas vocales. La causa suele ser una lesión u otra estructura que presiona uno de los nervios que activan el pliegue vocal y la deglución (nervios craneales nueve y diez). Debido a que estos nervios se extienden desde el tronco cerebral a través del cuello hasta el tórax, "se necesita más investigación para determinar exactamente dónde está ocurriendo la compresión", alerta la especialista.

"El examen laríngeo informa de que el pliegue vocal no se está abriendo, alargando o acortando correctamente", según Halstead. Para las personas con parálisis de las cuerdas vocales, se observa de inmediato el tórax y el cuello porque tal vez una masa en la glándula tiroides está presionando un nervio e interfiriendo con la señal o quizás sea una lesión en el tórax o una masa a lo largo de la vaina de la carótida lo que está causando la debilidad laríngea, informa.

Otras veces la causa sigue siendo esquiva, "si las exploraciones habituales no muestran nada concreto, generalmente se asume que tuvo un origen viral o simplemente se dice que la etiología es desconocida", concreta la profesora de la universidad.

UN ESTUDIANTE FUE EL PROMOTOR DEL ESTUDIO

El equipo de Lucinda Halstead encontró su inspiración en un estudiante de medicina que se presentó en su clínica con dificultad severa para tragar y habla sin aliento. Un examen laríngeo encontró parálisis en sus cuerdas vocales, pero exámenes posteriores no identificaron una causa.

"El paciente simplemente no iba a aceptar un no sé por una respuesta y se negó a creer que no pudiéramos encontrar una etiología de lo que estaba sucediendo", recuerda Halstead.

Por este motivo se continuó con la investigación, en la que no se encontraron masas en el cuello ni en el tórax. Entonces, se observó que todos los síntomas comenzaron durante una migraña, un evento vascular en el cerebro. Tomando como base los síntomas del nervio vagal que el paciente informó, se planteó la hipótesis de cuando los vasos sanguíneos se dilatan durante la migraña, exacerban la vascularización, compresión en el tronco cerebral.

Cuando esto se confirmó mediante, el paciente optó por someterse a una cirugía para mover el vaso del nervio. "Fue un éxito", resume Lucinda Halstead, "se produjo un movimiento parcial del pliegue vocal paralizado y se recuperó completamente la capacidad de tragar".

¿Y LOS DEMÁS CASOS INEXPLICABLES?

Como consecuencia de estos hechos, el equipo se preguntó cuántos de sus otros pacientes con síntomas inexplicables también podrían tener compresión en el tronco cerebral. Usaron revisiones de cuadros retrospectivos para identificar 149 candidatos de estudio y, después de extensas revisiones para eliminar todas las otras causas, encontraron que el 33 por ciento tenía compresión nerviosa en el tronco cerebral.

Sus síntomas incluían disfonía (51%), tos crónica (39%), respiración disfórica (6%) y disfagia (4%). Trás explicar los riesgos y beneficios potenciales, el 49 por ciento eligió la descompresión neuroquirúrgica y el 51 por ciento optó por un tratamiento no quirúrgico de atención.

El 42 por ciento del grupo quirúrgico informó una resolución de los síntomas casi completa o completa en comparación con el 8 por ciento en el grupo no quirúrgico. Durante un seguimiento medio de tres años, los pacientes no quirúrgicos (60%) no experimentaron mejoría significativa ni empeoraron los síntomas, en comparación con los pacientes quirúrgicos (13%).

Finalmente, ninguno de los pacientes no quirúrgicos demostró mejores resultados del examen laríngeo, mientras que el 43 por ciento de los pacientes quirúrgicos demostró mejoras y el 29 por ciento la resolución completa en sus resultados del examen laríngeo.

Este estudio muestra que "cuando no se identifica una causa para la debilidad de las cuerdas vocales en función del trabajo estándar, el siguiente paso puede ser observar el tallo cerebral", concluye Halstead.

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