MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Los pacientes curados de Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, suelen producir anticuerpos y células T específicas del virus, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Tsinghua (China) y que ha sido publicado en la revista 'Immunity'.
No obstante, aunque 14 de los pacientes examinados en el estudio mostraron respuestas inmunes de amplio rango, los resultados de los 6 que fueron evaluados a las dos semanas después del alta sugieren que los anticuerpos se mantuvieron durante al menos ese tiempo. Los resultados adicionales del estudio indican qué partes del virus son más efectivas para desencadenar estas respuestas inmunes y, por lo tanto, a juicio de los expertos, deberían ser el objetivo de posibles vacunas.
No está claro los motivos por los que las respuestas inmunes varían ampliamente entre los pacientes, si bien los investigadores señalan que esta variabilidad puede estar relacionada con las cantidades iniciales de virus que encontraron los pacientes, sus estados físicos o su microbiota.
"Estos hallazgos sugieren que las células B y T participan en la protección inmunomediada contra la infección viral. Nuestro trabajo ha proporcionado una base para un mayor análisis de la inmunidad protectora y para comprender el mecanismo subyacente al desarrollo de Covid-19, especialmente en casos severos. También tiene implicaciones para diseñar una vacuna eficaz para proteger contra la infección", han dicho los expertos.
En concreto, los investigadores compararon las respuestas inmunes de 14 pacientes con COVID-19 que recientemente se habían vuelto libres de virus con los de seis donantes sanos. Ocho de los pacientes fueron dados de alta y los seis restantes fueron pacientes de seguimiento que fueron dados de alta dos semanas antes de los análisis.
Recolectaron muestras de sangre y evaluaron los niveles de anticuerpos de inmunoglobulina M (IgM), que son los primeros en aparecer en respuesta a una infección, así como los anticuerpos de inmunoglobulina G (IgG), el tipo más común que se encuentra en la sangre.
En comparación con los controles sanos, tanto los pacientes recién dados de alta como los de seguimiento mostraron niveles más altos de anticuerpos IgM e IgG que se unen a la proteína nucleocapsídica SARS-CoV-2, la cual encapsula el ARN genómico viral, así como el dominio de unión al receptor de la proteína S (S-RBD), que se une a los receptores en las células huésped durante el proceso de entrada viral.
Tomados en conjunto, estos hallazgos muestran que los pacientes con Covid-19 pueden montar respuestas de anticuerpos a las proteínas del coronavirus y sugieren que estos anticuerpos se mantienen durante al menos dos semanas después del alta. Además, cinco pacientes recién dados de alta tuvieron altas concentraciones de anticuerpos neutralizantes que se unen a un pseudovirus que expresa la proteína S del SARS-CoV-2. Todos excepto un paciente de seguimiento tenían anticuerpos neutralizantes detectables contra el pseudovirus.
En comparación con los controles sanos, cinco pacientes recién dados de alta tuvieron concentraciones más altas de células T que secretan interferón gamma, una molécula de señalización que desempeña un papel crítico en la inmunidad, en respuesta a la proteína nucleocápside del SARS-CoV-2. Estos son los mismos pacientes que tenían altas concentraciones de anticuerpos neutralizantes.
Asimismo, tres pacientes recién dados de alta mostraron niveles detectables de células T secretoras de interferón gamma específicas de la proteasa principal del SARS-CoV-2, una proteína que juega un papel crítico en la replicación viral. Mientras tanto, siete pacientes recién dados de alta mostraron niveles detectables de células T secretoras de interferón gamma específicas para el S-RBD de SARS-CoV-2.
Por el contrario, solo un paciente de seguimiento tenía una alta concentración de células T secretoras de interferón gamma que responden a la proteína nucleocápside, la proteasa principal y S-RBD. La cantidad de anticuerpos neutralizantes se asoció positivamente con los anticuerpos IgG contra S-RBD, pero no con aquellos que se unen a la proteína nucleocápside. Además, el S-RBD indujo respuestas de anticuerpos y de células T.
"Nuestros resultados sugieren que S-RBD es un objetivo prometedor para las vacunas contra el SARS-CoV-2, pero nuestros hallazgos necesitan más confirmación en una gran cohorte de pacientes con Covid-19", han zanjado los investigadores.