Europa Press
16 dic 2020. 18.01H
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MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) ha concluido el COVID-19 está asociado con una mayor necesidad de ventiladores mecánicos, más ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI), estancias hospitalarias más prolongadas y casi cinco veces el riesgo de muerte que en aquellos que tienen gripe.

Desde el principio, la mayoría de los científicos han dicho que COVID-19 es más mortal que la gripe estacional. Sin embargo, se están acumulando pruebas que demuestran que COVID-19 es mucho más mortal que la gripe y el alcance de las complicaciones relacionadas con las dos enfermedades.

Y aunque ambas enfermedades atacan los pulmones, este nuevo análisis, publicado en la revista 'The British Medical Journal', ha mostrado que el COVID-19 también puede dañar otros órganos. Asimismo, ha revelado que el COVID-19 se asocia con un mayor riesgo de complicaciones como daños agudos en el riñón y el hígado, así como trastornos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, shock séptico grave, baja presión sanguínea, coagulación excesiva de la sangre y diabetes.

"Se han hecho muchas comparaciones entre COVID-19 y la gripe; sin embargo, esas comparaciones se hicieron principalmente con datos y métodos estadísticos dispares que han dado lugar a muchas conjeturas. Nuestra investigación representa una comparación de manzanas con manzanas entre las dos enfermedades", explica el autor principal de la investigación, Ziyad Al-Aly, profesor asistente de medicina de la Universidad de Washington en San Luis.

Para el estudio, los investigadores analizaron los registros médicos desidentificados en una base de datos mantenida por el Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos, el sistema integrado de prestación de servicios de salud más grande del país. Los investigadores examinaron la información de 3.641 pacientes hospitalizados en EE.UU. con COVID-19 en algún momento entre el 1 de febrero y el 17 de junio, así como la de 12.676 pacientes hospitalizados con gripe en algún momento entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de diciembre de 2019. La edad promedio de los pacientes con COVID-19 o gripe fue de 69 años.

Entre los pacientes hospitalizados por COVID-19 o la gripe, los infectados con el coronavirus tenían casi cinco veces más probabilidades de morir que los que tenían la gripe. De los 12.676 pacientes con gripe, 674 (5,3%) murieron, y de 3.641 pacientes con COVID-19, 676 (18,5%) murieron.

Además, en promedio, los pacientes con COVID-19 tenían cuatro veces más probabilidades de requerir máquinas de respiración y casi 2,5 veces más probabilidades de ser tratados en la UCI. Además, los pacientes de COVID-19 tenían más probabilidades de ser hospitalizados por más tiempo, un promedio de tres días adicionales.

Una de las mayores sorpresas del estudio fue el hallazgo de un mayor riesgo de desarrollar diabetes entre los pacientes de COVID-19 que los de gripe, nueve casos más por cada 100 personas. "Estos pacientes no tenían diabetes hasta que contrajeron COVID-19. Entonces su nivel de azúcar en la sangre se disparó y necesitaron grandes dosis de insulina". ¿Es la diabetes reversible, o requerirá un control a largo plazo? ¿Será una diabetes de tipo 1 o de tipo 2? No lo sabemos porque el COVID-19 apenas existía hace un año", resalta Al-Aly.

El análisis de los datos también mostró que los pacientes de COVID-19 con mayor riesgo de muerte eran aquellos de 75 años o más que también tenían enfermedad renal crónica o demencia; y los afroamericanos que se consideraban médicamente obesos, o que tenían diabetes o enfermedad renal.

Los investigadores también encontraron que, cuando se comparó con la gripe, el COVID-19 se asoció con un mayor riesgo de daño renal agudo y un severo shock de sepsis, ambos en seis casos más en promedio por cada 100 pacientes hospitalizados.

En comparación con los pacientes de gripe, las personas con COVID-19 también necesitaron más medicamentos para tratar la presión arterial gravemente baja, una afección que puede conducir a daños en los órganos y a la muerte, 11,5 personas más por cada 100 personas.

"Podemos llamar a COVID-19 un virus respiratorio todo lo que queramos, pero si observamos las consecuencias clínicas asociadas, puede causar un daño significativo en el cerebro, hígado, corazón, riñones y sistemas de coagulación de la sangre. Es un virus destructivo", concluye Al-Aly.

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