MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Los espermatozoides en forma de espiral que tienen algunas aves son más rápido que los de los humanos. Sin embargo, también tienden a tener altas tasas de espermatozoides anormales o dañados, según una investigación del Museo Natural de Historia de la Universidad de Oslo (Noruega).
La investigación, publicada en la revista 'Journal of Evolutionary Biology', ha investigador la peculiar forma en espiral del esperma de los pájaros cantores. La líder del estudio, Hanna Nyborg Stostad, comparó espermatozoides de 36 especies de aves, desde los gorriones hasta las golondrinas.
"Cuanto más atornillada sea la célula espermática, más rápido podrá nadar, pero mayor será el riesgo de que se dañe. Este intercambio puede ayudarnos a entender por qué hay tantas formas extrañas de espermatozoides, no solo en los pájaros cantores, sino en todo el reino animal", explica la científica.
Los investigadores detrás de este estudio colaboraron con matemáticos para averiguar por qué los espermatozoides en forma de tornillo nadaban más rápido que los espermatozoides más rectos. Teniendo en cuenta factores físicos como la resistencia, la viscosidad y el tamaño, parece que los espermatozoides en forma de tornillo se mueven hacia adelante cuando giran, perforando eficazmente el fluido femenino para llegar al óvulo. Cuantos más giros, más movimiento de avance.
Aunque los bordes delgados y en espiral de los espermatozoides en forma de tornillo parecen frágiles, los investigadores no pueden decir con certeza qué es lo que causa que los sean más propensos a anormalidades y daños. Sin embargo, tienen algunas ideas: "Sospecho que está relacionado con el daño oxidativo, que puede llevar a anormalidades como las que observamos. Sin embargo, se sabe muy poco sobre cómo la forma celular afecta el riesgo de daño oxidativo, así que necesitamos más investigación".
Aunque todos los espermatozoides tienen la misma función (fertilizar el óvulo) hay miles de formas diferentes de espermatozoides. Desde espermatozoides de ratón en forma de gancho hasta espermatozoides de cobra en forma de serpiente, los investigadores han estado investigando esta variación durante décadas, y la forma de sacacorchos de espermatozoides de aves cantoras se observó por primera vez a principios del siglo XX.