Europa Press
10 may 2024. 17.35H
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MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

Un equipo de neurocientíficos ha estudiado el impacto de los crecientes desafíos ambientales y sociales tanto en el cerebro como en la sostenibilidad del planeta, en un artículo publicado en la revista 'NEURON'.

El documento explora las formas en que la 'economía del cerebro' puede contribuir a los objetivos del marco Una Salud, una prioridad establecida desde hace mucho tiempo de las Naciones Unidas que busca armonizar y mejorar la salud de los seres humanos, los animales y el medio ambiente.

La salud cerebral es un aspecto fundamental del bienestar humano que afecta las capacidades cognitivas, la estabilidad socioemocional y la calidad de vida en general. Sin embargo, la creciente prevalencia de trastornos cerebrales está cobrando un alto costo económico. Cada año, la demencia le cuesta a la economía mundial más de 1,3 billones de dólares, un valor que aumentará a 2,8 billones de dólares en 2030, según la OMS.

La economía del cerebro es un objetivo global para detener y revertir la pérdida de capital cerebral, un activo que integra la salud y las habilidades cerebrales. Este concepto aboga por un cambio social transformador que beneficie a los humanos, la economía y la naturaleza. La economía del cerebro nos permitiría crear un futuro más fuerte y resiliente.

Este documento propone un marco que ofrece una hoja de ruta sobre los exposomas físicos y sociales, que abarca todo, desde la contaminación del aire y el agua hasta las disparidades socioeconómicas, y su impacto significativo en la salud del cerebro.

"Los hallazgos revelan que los contaminantes como las partículas finas, los metales pesados y los factores sociales como el estrés y la desigualdad tienen profundas implicaciones para la salud del cerebro a lo largo de la vida. Por ejemplo, la exposición a la contaminación del aire se ha relacionado con retrasos en el desarrollo neurológico en los niños y con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas en los adultos", señalan los investigadores.

El documento subraya la necesidad de comprender los impactos ambientales en la Tierra y la salud física y el bienestar neurológico y mental de las poblaciones globales. El marco aboga por un enfoque de Una Salud, integrando estrategias de salud humana, animal y ambiental para abordar estos complejos desafíos de manera integral.

Así, proponen una hoja de ruta integral para futuras investigaciones, desarrollo de políticas e innovación tecnológica para mejorar la resiliencia de la salud frente a los peligros ambientales y sociales. Las recomendaciones clave incluyen el avance de las tecnologías de biomonitoreo, la integración de datos de exposoma en las estrategias de salud pública y el fomento de la cooperación global para implementar de manera efectiva salvaguardias ambientales y de salud.

El equipo presentará su artículo el 18 de septiembre de 2024 en la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre este tema.

"El documento nos proporciona una sólida plataforma de política científica y tecnológica que nos conducirá a nuestra Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas", señala Harris Eyre, líder de Brain Capital Alliance e investigador principal del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice.

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