Europa Press
07 ago 2023. 17.59H
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MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

El tratamiento con antidepresivos modernos puede ayudar a evitar que los pacientes con trastorno bipolar recaigan en un episodio depresivo, según un ensayo clínico internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Columbia Británica (Canadá).

Los resultados, publicados en la revista científica 'New England Journal of Medicine', cuestionan las directrices actuales de la práctica clínica y podrían cambiar la forma de tratar la depresión bipolar en todo el mundo.

"Tratar la depresión en el trastorno bipolar es un reto y los episodios depresivos pueden ser bastante devastadores para los pacientes y sus familias. Reducir el riesgo de recaída es importante porque puede proporcionar a los pacientes una gran estabilidad que, en última instancia, les permite volver a las actividades que les gustan y puede mejorar mucho su calidad de vida", ha explicado Lakshmi Yatham, catedrática y jefa del departamento de psiquiatría de la Universidad de Columbia Británica, y autora principal del estudio.

Los pacientes con trastorno bipolar experimentan cambios extremos en su estado emocional que pasan por periodos de subidas intensas (manía o hipomanía) y bajadas (depresión). Durante los episodios depresivos, los pacientes pueden experimentar sentimientos de tristeza, desesperanza y pérdida de interés o placer por las actividades, además de problemas para dormir, cambios en el apetito y pensamientos suicidas.

El tratamiento complementario con antidepresivos -en el que se prescriben antidepresivos junto con estabilizadores del estado de ánimo y/o antipsicóticos de segunda generación- es una estrategia muy utilizada por los médicos para tratar los episodios depresivos.

Sin embargo, la duración de esta terapia es objeto de acalorados debates debido a la falta de pruebas y a la preocupación de que los antidepresivos puedan inducir manía, estados mixtos o ciclos rápidos entre manía y depresión.

Las directrices para el tratamiento del trastorno bipolar recomiendan actualmente interrumpir el tratamiento antidepresivo ocho semanas después de la remisión de la depresión.

"Es un área que no se ha estudiado ampliamente y no hay mucho consenso entre los expertos. Algunos estudios han demostrado que hasta el 80 por ciento de los pacientes siguen recibiendo antidepresivos durante seis meses o más", ha resaltado Yatham.

Ahora, los resultados del primer ensayo clínico aleatorizado del mundo que evalúa la duración de la terapia antidepresiva complementaria sugieren que ampliar el periodo de tratamiento más allá de las directrices actuales puede ayudar a prevenir las recaídas depresivas.

En el ensayo clínico, realizado en centros de Canadá, Corea del Sur e India, participaron 178 pacientes con trastorno bipolar I que estaban en remisión de un episodio depresivo tras el tratamiento con antidepresivos modernos (escitalopram o bupropión XL).

Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a continuar el tratamiento antidepresivo durante 52 semanas, o bien a empezar a dejar de tomar antidepresivos a las seis semanas y cambiar a un placebo a las ocho semanas.

A lo largo del año que duró el estudio, el 46 por ciento de los pacientes del grupo placebo experimentó una recaída del estado de ánimo, frente a sólo el 31 por ciento del grupo que continuó con el tratamiento antidepresivo.

Aunque este resultado primario no resultó estadísticamente significativo, la comparación incluyó las recaídas que se produjeron durante las seis primeras semanas del estudio, cuando ambos grupos recibían el mismo tratamiento.

Sin embargo, en un análisis a partir de la sexta semana, cuando el tratamiento entre los dos grupos difería, los pacientes que continuaron el tratamiento antidepresivo tuvieron un 40 por ciento menos de probabilidades de experimentar una recaída de cualquier episodio del estado de ánimo, y un 59 por ciento menos de probabilidades de experimentar un episodio depresivo en relación con el grupo placebo. No hubo diferencias significativas en la tasa de episodios maníacos ni en la tasa de acontecimientos adversos entre los grupos.

"A partir del momento en que los dos grupos empezaron a recibir tratamientos diferentes, observamos un beneficio significativo para los pacientes que continuaron el tratamiento con antidepresivos", ha resaltado el doctor Yatham.

Los pacientes con trastorno bipolar I experimentan síntomas depresivos con una frecuencia tres veces mayor que los síntomas maníacos. Estudios anteriores han demostrado que los intentos de suicidio y las muertes por suicidio son al menos 18 veces más frecuentes durante los episodios depresivos que durante los maníacos.

"Estabilizar a los pacientes y mantenerlos estables evitando las recaídas es fundamental y puede, literalmente, salvarles la vida. Las futuras revisiones de las directrices bipolares incorporarán las pruebas de este estudio y contribuirán a los cambios en la práctica clínica sobre cómo se utilizarán los antidepresivos para tratar a los pacientes con trastorno bipolar", ha remachado Yatham.

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