Europa Press
15 jun 2020. 13.09H
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MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

Un análisis del impacto ambiental de las medidas de China contra el COVID-19 basado en mediciones por satélite ha identificado un descenso medio del 48 por ciento en las densidades de dióxido de nitrógeno (NO2) en China, de 20 días antes a 20 días después del Año Nuevo Lunar, el 25 de enero de 2020.

"Los bloqueos económicos de este año, diseñados para frenar la propagación de COVID-19, han sido como apretar el botón de pausa en la degradación ambiental y las reducciones resultantes en la contaminación del aire y el agua son dramáticas. Estas tendencias nos recuerdan lo mucho que nuestras acciones impulsan la calidad ambiental y lo mal que nos hemos comportado como administradores de nuestro planeta", explican los autores de la investigación, Kip Hodges y Jeremy Jackson.

Si bien este gas de efecto invernadero, un indicador del consumo de combustibles fósiles, suele disminuir durante las vacaciones, cuando el tráfico se ralentiza y la mayoría de las fábricas chinas cierran, este estudio ha observado que la reducción era aproximadamente un 21 por ciento mayor que en el período comprendido entre 2015 y 2019.

Esta mayor reducción de dióxido de nitrógeno se correlacionó con los anuncios del gobierno del primer caso notificado de COVID-19 en cada provincia y con el inicio de los cierres, lo que redujo aún más tanto los viajes como la actividad comercial.

Los investigadores supervisaron los cambios en el óxido de nitrógeno atmosférico (que puede reflejar los cambios en la combustión de combustibles fósiles en cuestión de horas) sobre China utilizando el Instrumento Holandés-Finlandés de Vigilancia del Ozono (OMI) a bordo de un satélite de la NASA lanzado en 2004, y el sucesor del instrumento, el Instrumento de Vigilancia Troposférica (TROPOMI), que ofrece mediciones con mayor resolución espacial desde su percha a bordo de un satélite de la ESA lanzado en 2017.

Sus conclusiones sugieren que la densidad de la columna vertical troposférica de óxido de nitrógeno disminuyó una vez después de que el gobierno informara públicamente del primer caso de COVID-19 en cada provincia, y luego volvió a disminuir después de que se implementaran los cierres.

"Aunque son temporales, estas reducciones sustanciales de la contaminación atmosférica pueden tener un impacto positivo en la salud de las personas que viven en zonas que, de otro modo, estarían muy contaminadas. Este período inusual ofrece un raro contrafactual de una sociedad potencial que utiliza sustancialmente menos combustibles fósiles y tiene menor movilidad", concluyen.

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