MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Las diferencias en el sistema inmunológico y la mejor salud de los vasos sanguíneos son algunos de los factores que protegen a los niños de las formas graves de COVID-19, según una nueva revisión científica realizada por expertos del Instituto de Investigación Infantil Murdoch (Estados Unidos), la Universidad de Melbourne (Australia) y la Universidad de Friburgo (Alemania).
Si bien varias hipótesis ofrecen posibles explicaciones de por qué los adultos corren un mayor riesgo y los niños están protegidos de enfermedad grave y de muerte por COVID-19, la mayoría no explica por qué la gravedad de COVID-19 aumenta bruscamente después de los 60-70 años de edad. En marcado contraste con otros virus respiratorios, la enfermedad grave y la muerte debidas a COVID-19 son relativamente poco frecuentes en los niños.
"La mayoría de los niños con COVID-19 no tienen síntomas o sólo tienen síntomas leves, más comúnmente fiebre, tos, dolor de garganta y cambios en el sentido del olfato o del gusto. Incluso los niños con los factores de riesgo habituales de infecciones graves, como la inmunosupresión, no corrían un riesgo elevado de padecer la enfermedad grave de COVID-19", explican los autores.
El daño a la fina capa de células endoteliales que recubren varios órganos, especialmente los vasos sanguíneos, el corazón y los vasos linfáticos, aumenta con la edad y que existía una asociación entre las afecciones que afectan a estas células y la enfermedad grave de COVID-19.
"Sabemos que los daños preexistentes en los vasos sanguíneos juegan un papel importante en la gravedad de COVID-19 y pueden provocar coágulos de sangre, causando accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. COVID-19 puede infectar estas células endoteliales y causar inflamación de los vasos sanguíneos", señalan.
Las enfermedades asociadas con la inflamación crónica que se desarrollan con la edad avanzada, incluyendo la diabetes y la obesidad, también están relacionadas con la grave COVID-19.