Europa Press
22 abr 2019. 11.04H
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MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Las diferencias en el cableado del cerebro pueden ser las responsables de la aparición de trastornos de conducta, una patología que afecta a 1 de cada 20 niños y adolescente y que es una de las principales causas de consulta a los servicios de salud mental en estas poblaciones, según ha evidenciado un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).

Las causas exactas del trastorno de conducta, que se cree que es una interacción entre factores genéticos y ambientales, no se conocen bien, pero los científicos han descubierto que existen diferencias distintivas en las vías de la materia blanca (cableado estructural del cerebro) entre los jóvenes que tienen la condición.

Para alcanzar esta conclusión, publicada en el 'Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry', los investigadores estudiaron las diferencias en la estructura del cerebro entre los niños con trastorno de conducta y un grupo de niños sin una conducta antisocial grave. El estudio incluyó a casi 300 niños de entre 9 y 18 años.

Cada voluntario se sometió a una exploración cerebral utilizando una técnica de exploración por resonancia magnética (RMN) para examinar las diferencias en los tractos de la fibra de materia blanca, que transmiten señales entre diferentes áreas del cerebro.

Una de las mayores diferencias identificadas por el equipo fue en un área del cerebro llamada cuerpo calloso, el tracto de fibra de materia blanca más grande en el cerebro y una vía principal que conecta los dos hemisferios del cerebro entre sí.

Los resultados sugirieron que había menos ramificación a lo largo de estas fibras, por lo que las conexiones entre los lados izquierdo y derecho del cerebro fueron menos eficientes en personas jóvenes con trastorno de conducta, en comparación con el grupo control. Curiosamente, los investigadores encontraron que los niños y las niñas con trastorno de conducta mostraron las mismas anomalías estructurales dentro de esta vía en el cerebro.

Los científicos también investigaron si ciertos comportamientos antisociales, como la agresión o los rasgos de la personalidad, como la reducción de la empatía o la culpa, estaban relacionados con los cambios observados en la estructura cerebral. Así, encontraron que las diferencias en el cuerpo calloso estaban relacionadas con un comportamiento insensible, que incluía déficits en la empatía y una indiferencia hacia los sentimientos de otras personas.

"Las diferencias que vemos en los cerebros de los jóvenes con trastorno de conducta son únicas en tanto que son diferentes de los cambios en la materia blanca que se han reportado en otras enfermedades infantiles como el autismo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad", han dicho los expertos.

Además, encontraron que rasgos como la reducción de la empatía y la culpa explicaban algunas de las diferencias en la materia blanca observadas en los jóvenes con trastorno de conducta, lo que sugiere que estos rasgos son factores importantes a considerar cuando se exploran las diferencias en el cerebro de los jóvenes con trastorno de conducta.

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