Europa Press
20 ene 2023. 17.22H
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MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Un estudio de la Facultad de Medicina de la Univesidad de Michigan (Estados Unidos) ha apuntado al microbioma intestinal como posible regulador de la temperatura corporal, tanto en estados de salud como durante infecciones potencialmente mortales.

Lo que se considera temperatura corporal normal varía de una persona a otra, pero en general, la temperatura basal media del cuerpo humano ha disminuido desde la década de 1860 por razones desconocidas.

La investigación, publicada en la revista científica 'American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine', utilizó datos de historiales médicos de pacientes hospitalizados por sepsis y experimentos con ratones para examinar la interacción entre la mezcla de bacterias que residen en el intestino, la fluctuación de la temperatura y los resultados en materia de salud.

La sepsis, la respuesta del organismo a una infección potencialmente mortal, puede provocar cambios drásticos en la temperatura corporal, cuya trayectoria está relacionada con la mortalidad. Trabajos anteriores han demostrado que los pacientes hospitalizados con sepsis varían mucho en sus respuestas a la temperatura, y esta variación predice su supervivencia.

"Hay una razón por la que la temperatura es un signo vital. Se mide fácilmente y nos da información importante sobre el estado inflamatorio y metabólico del organismo", ha comentado Kale Bongers, autora principal del estudio.

Sin embargo, las causas de esta variación de temperatura, tanto en la sepsis como en la salud, han permanecido desconocidas. "Sabemos que la respuesta de la temperatura es importante en la sepsis, porque predice en gran medida quién vive y quién muere. Pero no sabemos qué impulsa esta variación y si puede modificarse para ayudar a los pacientes", ha detallado Robert Dickson, otro de los líderes de la investigación.

Para intentar comprender la causa de esta variación, el equipo analizó hisopos rectales de 116 pacientes ingresados en el hospital. La microbiota intestinal de los pacientes variaba mucho, lo que confirma que es una fuente potencial de variación.

"Podría decirse que nuestros pacientes tienen más variaciones en su microbiota que en su propia genética. Dos pacientes cualesquiera son idénticos en más de un 99 por ciento en sus propios genomas, mientras que pueden tener literalmente un 0 por ciento de solapamiento en sus bacterias intestinales", ha resaltado Bongers.

Los autores descubrieron que esta variación en las bacterias intestinales estaba correlacionada con las trayectorias de temperatura de los pacientes durante su estancia en el hospital. En concreto, las bacterias comunes del filo 'Firmicutes' eran las más relacionadas con una mayor respuesta a la fiebre. Estas bacterias son comunes, varían de un paciente a otro y se sabe que producen metabolitos importantes que entran en el torrente sanguíneo e influyen en la respuesta inmunitaria y el metabolismo del organismo.

Para confirmar estos hallazgos en condiciones controladas, el equipo utilizó modelos de ratón, comparando ratones normales con ratones genéticamente idénticos que carecen de microbioma. La sepsis experimental provocó cambios drásticos en la temperatura de los ratones convencionales, pero tuvo un efecto atenuado en la respuesta térmica de los ratones sin microbioma. Entre los ratones con microbioma, la variación en la respuesta a la temperatura estaba fuertemente correlacionada con la misma familia bacteriana (Lachnospiraceae) que se encontraba en los humanos.

"Descubrimos que el mismo tipo de bacterias intestinales explicaba la variación de temperatura tanto en nuestros sujetos humanos como en nuestros ratones de laboratorio. Esto nos dio confianza en la validez de nuestros hallazgos y nos da un objetivo para comprender la biología que hay detrás de este hallazgo", ha detallado Dickson.

Incluso sanos, los ratones sin microbioma tenían temperaturas corporales basales más bajas que los ratones convencionales. Tratar a los ratones normales con antibióticos también redujo su temperatura corporal.

El estudio pone de relieve un papel infravalorado del microbioma intestinal en la temperatura corporal y podría explicar la reducción de la temperatura corporal basal en los últimos 150 años.

"Aunque ciertamente no hemos demostrado que los cambios en el microbioma expliquen el descenso de la temperatura corporal humana, creemos que es una hipótesis razonable. La genética humana no ha cambiado significativamente en los últimos 150 años, pero los cambios en la dieta, la higiene y los antibióticos han tenido efectos profundos en nuestras bacterias intestinales", ha remachado Bongers.

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