MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La sanidad española podrá ahorrar más de 930 millones de euros durante 2021 por el uso de medicamentos biosimilares, según la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares (BioSim) que indica que este ahorro contribuye, "de forma decisiva", a la sostenibilidad del sistema de salud a la vez que mejora el acceso de los pacientes a los tratamientos biológicos.
El impacto presupuestario se calcula como la diferencia entre el gasto farmacéutico que se hubiera producido si no hubieran existido los biosimilares y el nuevo escenario en el que existe competencia biosimilar con la subsecuente reducción de precios.
Los medicamentos biológicos son aquellos fármacos cuyos principios activos se obtienen a partir de material biológico o mediante biotecnología. Se han introducido en la terapéutica para patologías como cáncer, diabetes, artropatías, etc, y han sustituido, en algunos casos, a los de síntesis química.
Cuando caduca la patente del medicamento biológico original se pueden producir y comercializar los biosimilares, medicamentos con las mismas garantías de seguridad, calidad y eficacia. "Su llegada al mercado genera competencia y proporciona potenciales ventajas, tales como ahorros al sistema de salud", explican.
En España, hasta la fecha, se ha autorizado la comercialización de 54 medicamentos biosimilares, correspondientes a 16 principios activos (adalimumab, bevacizumab, condroitina sulfato, enoxaparina sódica, epoetinas alfa y zeta, etanercept, filgrastim, folitropina alfa, infliximab, insulina glargina, pegfilgrastim, rituximab, somatropina, teriparatida y trastuzumab).
"Los medicamentos biosimilares constituyen una gran oportunidad para fomentar la sostenibilidad del SNS mediante la racionalización y eficiencia en el gasto farmacéutico, siendo alternativas de igual eficacia y seguridad", señala Encarna Cruz, directora general de Biosim.
No obstante, "en España todavía cabría un crecimiento de los productos biosimilares, ya que aún se constatan menores tasas de penetración en principios activos de alto impacto económico, como los anti-TNFs o anticuerpos monoclonales para oncología y oncohematología, en comparación con otros países de nuestro entorno", especifica Encarna Cruz.
Algunas de sus propuestas podrían ser, por un lado, el establecimiento de experiencias de ganancias compartidas, como las implementadas con éxito en países de nuestro entorno, por las que parte de los recursos liberados de una mayor utilización de medicamentos biosimilares revierte en los propios servicios clínicos para la mejora de la asistencia.
También instan a proporcionar una mayor claridad al marco normativo en torno a la intercambiabilidad por parte de las Autoridades Sanitarias, que contribuiría, sin duda, al fomento de estos medicamentos al dar seguridad a médicos y pacientes en cuando al cambio. Otra propuesta sería considerar la utilización de procedimientos de licitación competitiva para la adquisición de medicamentos biosimilares como un objetivo común y prioritario para todos los servicios de salud, como podría ser el ejemplo de los acuerdos marco.
Algunas de estas propuestas ya se encuentran recogidas en el borrador del Plan de Genéricos y Biosimilares en el que trabaja actualmente el Ministerio de Sanidad, o en el reciente informe sobre gasto farmacéutico hospitalario elaborado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).