Farmaindustria ha presentado este jueves el informe 'Sostenibilidad en cifras: impacto social y medioambiental de la industria farmacéutica', en el que se han plasmado sus avances en tres grandes materias, como son la protección medioambiental, el desarrollo social y acciones de buen gobierno y transparencia (criterios ESG), respecto a los que la presidenta de Farmaindustria, Fina Lladós, ha señalado que "la industria farmacéutica lleva mucha ventaja".

La directora del departamento jurídico de Farmaindustria, Ana Bosch, ha sido la encargada de presentar los datos que recoge este informe, y que son parte de la contribución que realizan las 139 empresas farmacéuticas asociadas a Farmaindustria. Este informe pretende ser a su vez un punto de partida para comprobar cómo va evolucionando el impacto de la industria en estos aspectos a lo largo de los años, por lo que Bosch ha indicado que su intención es publicarlo de forma anual.

El primero de los puntos ESG que trata este informe es el impacto en medioambiente y los avances que ha conseguido la industria farmacéutica a este respecto. Así, destaca que el 80 por ciento de compañías farmacéuticas del mundo han firmado compromisos de cero emisiones o de emisiones neutras para el año 2040, algo que muchas de las grandes empresas españolas se han propuesto de cara a 2030.

A su vez, el 70 por ciento de la energía consumida en las plantas de producción de medicamentos en España ya es de origen renovable, un hito que ha permitido que la generación de residuos se haya reducido hasta un 15 por ciento en los últimos tres años y la ratio de consumo de energía por empleado se haya reducido más de un 8 por ciento en ese periodo.

El informe pone en valor el sistema SIGRE, impulsado hace más de 20 años, con más de 22.000 puntos en el país y sobre el que Bosch ha explicado que se trata de "una entidad sin fin lucrativo que aúna los esfuerzos de la industria farmacéutica, de los propios farmacéuticos y de las entidades de distribución para el reciclaje de los medicamentos de consumo domiciliario y de sus envases". Asimismo, ha recrodado que SIGRE se encargará también a partir de 2025 del reciclaje de envases industriales de medicamentos que se consumen en los más de 150.000 centros sanitarios que existen en España.

En este sentido, SIGRE consigue anualmente más de 100 gramos de medicamentos reciclados por persona y, desde su puesta en marcha en 2001, ha logrado evitar la tala de al menos 212.000 árboles y la emisión de 90.000 toneladas de CO2. Además, se ha conseguido ahorrar el consumo equivalente a 400 millones de litros de agua, 430 millones de kWh de energía y 70 millones de litros de petróleo.

Impacto en desarrollo social

En materia de impacto en el desarrollo social, el informe 'Sostenibilidad en cifras' resalta que "la inversión en medicamentos innovadores ha demostrado ser el mayor responsable del aumento de la esperanza de vida del ser humano", en concreto, el 73 por ciento del aumento de la esperanza de vida en los países desarrollados se debe a los nuevos medicamentos.

En este punto, Bosch ha subrayado que "el medicamento tiene que ser considerado como un bien esencial para nuestra sociedad. Sin los medicamentos no es posible garantizar los derechos fundamentales de la vida ni de la salud que proclama nuestra Constitución en los artículos 15 y 43".

Además, la innovación biofarmacéutica ha jugado un importante papel durante la crisis del coronavirus y en patologías de alta incidencia como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes. A este respecto, el informe apunta a que las vacunas contra la Covid-19 salvaron más de 1,4 millones de vidas en Europa, mientras que los tratamientos innovadores han mejorado hasta en un 70 por ciento la supervivencia por cáncer en España.

Precisamente en materia de innovación, el informe recoge que la industria farmacéutica innovadora en España invierte 1.400 millones de euros en I+D biomédica en al año y uno de cada ocho euros ya se destina a la investigación básica y preclínica. Así, más de 170.000 pacientes participan en este momento en algún ensayo clínico en el país y uno de cada cuatro ensayos clínicos ya son para enfermedades raras.

Por otra parte, en este apartado de desarrollo social, el informe recoge también datos sobre empleo e igualdad de género, un campo en el que Bosch ha señalado que el sector va por delante, ya que el 56 por ciento de las plantillas están formadas por mujeres y el 45 por ciento están en el comité de dirección. Asimismo, la farmacéutica "es una fuente de empleo de calidad: indefinido, cualificado e igualitario", indica el informe aportando que, en 2023, la industria dio empleo directo a más de 56.000 personas, que sumados a indirectos e inducidos superan los 270.000 puestos de trabajo en toda España.

Impacto en transparencia y gobernanza

En cuanto al impacto de la industria farmacéutica en gobernanza y transparencia, el informe hace referencia a dos códigos impulsados en este ámbito, en el que el sector es "pionero" en Europa.

El primero de estos es el Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, puesto en marcha en 2002 y base del Sistema de Autorregulación. Bosch ha explicado que este Código "regula la promoción de los medicamentos y las interrelaciones con las organizaciones de pacientes, los profesionales sanitarios y las sociedades científicas desde los principios de la ética, la transparencia y la corresponsabilidad".

El segundo es el Código de Conducta regulador del tratamiento de datos personales en el ámbito de los ensayos clínicos y otras investigaciones clínicas y de farmacovigilancia, elaborado por Farmaindustria y publicado en febrero de 2022. "Es un código de protección de datos en el ámbito de los ensayos clínicos y la farmacovigilancia y es un código pionero en la materia", ha destacado Bosch.

Según ha explicado Bosch, el carácter pionero de este código se debe a que es el primero que la Agencia de Protección de Datos ha aprobado tras la publicación del Reglamento Europeo de Protección de Datos. Por este motivo, pretende ser además un referente en el futuro Código Europeo de Protección de Datos.

"Es un código no solamente que facilita a las empresas el cumplimiento de la normativa siempre compleja de protección de datos, sino, sobre todo, da confianza a las personas que participan en ensayos clínicos o en actividades de farmacovigilancia de que sus datos personales, que son derechos fundamentales, están siendo tratados de forma adecuada", ha zanjado Bosch.