MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La exposición a bisfenol A en el embarazo, incluso a niveles muy bajos, puede provocar cambios en los ritmos circadianos, según un estudio realizado en ratones por investigadores de la Universidad de Calgary (Canadá) y que ha sido presentado en la Reunión Anual de la Endocrine Society, celebrada recientemente en Nueva Orleans (Estados Unidos).
"El hipotálamo, que hemos identificado como una región del cerebro que es particularmente susceptible a una alteración del desarrollo por el bisfenol A, contiene el sitio de las células del reloj que gobiernan los ritmos diarios del cuerpo. Hemos demostrado en investigaciones anteriores que la exposición a bisfenol A en el útero puede causar defectos en el desarrollo de los núcleos hipotalámicos y la hiperactividad, y aquí exploramos si un cambio en la biología circadiana podría explicar por qué los animales se mueven más", han dicho los expertos.
El bisfenol A es un producto químico que se agrega a muchos productos comerciales, como botellas de agua, recibos de papel, revestimientos de latas y contenedores de almacenamiento de alimentos. Muchos estudios epidemiológicos en animales y humanos ya han demostrado una relación entre la exposición al bisfenol A y los resultados adversos para la salud.
A pesar de esta considerable evidencia científica, las agencias gubernamentales de todo el mundo, incluso en Estados Unidos, Canadá y Europa, declaran que el bisfenol A "es seguro", debido a la falta de pruebas de que puede afectar el desarrollo cerebral.
Por ello, los expertos quisieron proporcionar más evidencia al respecto y, para ello, examinaron a dos grupos de ratones embarazadas. Un grupo comió alimentos regulares, mientras que el segundo grupo comió alimentos que contenían dosis bajas de bisfenol A. Los bebés de estos ratones crecieron hasta las 12 semanas de edad, luego se separaron y se alojaron individualmente en un ambiente especializado controlado por luz. Sus ciclos de sueño y actividad fueron monitoreados de cerca durante cuatro meses.
Las crías de ratón se mantuvieron en un ciclo de 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad durante cuatro semanas, y un ciclo de oscuridad de 24 horas durante otras cuatro semanas. Durante el ciclo de oscuridad de 24 horas, los cachorros fueron sometidos a pulsos de luz para examinar su capacidad para ajustar sus ritmos en respuesta a estímulos inesperados.
Los investigadores encontraron que las crías de ratones expuestas a bisfenol A en dosis bajas durante la gestación fueron significativamente más activas durante los días de media luz y media oscuridad, especialmente en el último tercio del período de oscuridad.
"Las crías de ratón expuestas al bisfenol A parecen adaptarse más rápidamente a las nuevas condiciones, tanto en el cambio a la penumbra, la penumbra a la oscuridad total, y en respuesta a los pulsos de luz a corto plazo durante el ciclo de oscuridad total. Los ratones expuestos a esta sustancia mostraron alteraciones en sus patrones diarios y en el momento de la actividad, lo que indica una señalización circadiana interrumpida, especialmente cuando se les puso a 24 horas de oscuridad", han zanjado los expertos.