Europa Press
13 mar 2020. 18.26H
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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Ingenieros biomédicos de la Universidad de Duke (Estados Unidos) han ideado un método para fabricar pequeñas partículas seguras para los tejidos vivos que les permitirá crear nuevas formas de administración de medicamentos, diagnóstico e ingeniería de tejidos.

"Con nada más que algo de calor y luz, podemos crear algunas micropartículas bastante extrañas. La técnica es tan simple que podría ser escalada para hacer miles de millones de micropartículas en cuestión de minutos", explica Stefan Roberts, autor principal de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'Nature Communications'.

En el mundo de las micropartículas biocompatibles, la forma, el tamaño, la microestructura interna y el tipo de material dictan sus propiedades intrínsecas. Aunque las empresas y los laboratorios de investigación ya pueden fabricar muchas micropartículas complejas, el proceso suele implicar técnicas de fabricación sofisticadas, como la microfluidos de emulsión múltiple o la litografía de flujo. Ambas, además, tienen sus desventajas.

Los microfluidos de emulsión múltiple controlan tediosamente una serie de gotitas de aceite individuales, pero flaquean a la hora de mantener los materiales completamente separados unos de otros y no pueden utilizarse para la producción a gran escala. La litografía de flujo hace brillar la luz a través de una máscara con patrones para grabar formas en materiales blandos y puede fabricar muchas partículas a corto plazo, pero el proceso es difícil de adaptar a formas y arquitecturas internas complicadas.

Por eso, estos investigadores se propusieron probar un enfoque completamente nuevo: los materiales biológicos. En su investigación, muestran algunas nuevas micropartículas hechas con dos tipos de proteínas. Ajustando las temperaturas a las que se ensamblan y desensamblan, y barriendo de un lado a otro a través de un rango de temperaturas a varias velocidades, los investigadores evidencian que son capaces de crear un conjunto de formas como una cáscara con un núcleo sólido, una cáscara sin núcleo, y una maraña de cordones salpicados de cáscaras que denominaron "frutas en una vid".

Luego, al incorporar aminoácidos fotosensibles, muestran que pueden congelar estas formas en micropartículas sólidas con un flash de luz. Los investigadores dicen que la capacidad de crear micropartículas con regiones separadas con precisión es relevante para aplicaciones como la administración de medicamentos y la ingeniería de tejidos.

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