Europa Press
24 abr 2019. 18.24H
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MADRID, 24 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Universidad Northwestern y la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han diseñado una plataforma mínimamente invasiva para entregar un nanomaterial que convierte la respuesta inflamatoria del cuerpo en una señal para sanar, en lugar de una forma de cicatrizar después de un ataque cardíaco.

Las estrategias de ingeniería tisular para reemplazar o complementar la matriz extracelular que se degrada después de un ataque cardíaco no son nuevas, pero la mayoría de los hidrogeles prometedores no pueden ser administrados al corazón utilizando la colocación de catéteres mínimamente invasivos porque obstruyen la sonda.

Cuando una persona sufre un ataque cardíaco, la matriz extracelular se retira y se forma tejido cicatrizante en su lugar, lo que disminuye la funcionalidad del corazón. Debido a esto, la mayoría de los supervivientes de un ataque cardíaco tienen algún grado de enfermedad cardíaca.

Ahora, este equipo ha demostrado una forma novedosa de administrar una sustancia bioactivada, biodegradable y regenerativa a través de un catéter no invasivo sin obstruirse. La investigación, que ha sido publicada en la revista 'Nature Communications', se realizó in vivo en un modelo de rata, fue publicada recientemente en la revista Nature Communications.

"Buscamos crear un enfoque basado en péptidos porque los compuestos forman nanofibras que se ven y actúan mecánicamente de manera muy similar a la matriz extracelular nativa. Los compuestos también son biodegradables y biocompatibles. La mayoría de las estrategias preclínicas se han basado en inyecciones directas en el corazón, pero debido a que esta no es una opción factible para los humanos, buscamos desarrollar una plataforma que pudiera administrarse a través de un catéter intracoronario o transendocárdico", explica la primera autora de la investigacion, Andrea Carlini.

La investigación preclínica del equipo se realizó en ratas y se dividió en dos pruebas de prueba de concepto. La primera, estableció que el material podía ser alimentado a través de un catéter sin obstruirse y sin interactuar con sangre humana. El segundo, determinó si los péptidos podían encontrar su camino hacia el tejido dañado, pasando por alto el tejido cardiaco sano. Los investigadores crearon y pegaron una etiqueta fluorescente a los péptidos y luego tomaron imágenes del corazón para ver dónde se asentaban.

Los investigadores ahora saben que cuando remueven la etiqueta fluorescente y la reemplazan por una terapéutica, los péptidos se ubicarán en el área afectada del corazón. Un obstáculo es que la colocación del catéter en un modelo de roedor es mucho más complicada, debido a que el cuerpo del animal es mucho más pequeño, que el mismo procedimiento en un humano.

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