Europa Press
07 mar 2019. 10.59H
SE LEE EN 3 minutos

MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

Investigadores del Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) han descubierto que la selenocisteína, un aminoácido esencial para los vertebrados pero que ha desaparecido en los insectos, también está presente en los hongos, al contrario de lo que se creía hasta ahora. Entender qué función desempeña en estos organismos puede ayudar a desvelar por qué es clave para la salud humana, según sus hallazgos.

Todas las células de un organismo contienen una copia de ADN en su núcleo. Para poder implementar las instrucciones que contiene, ese ADN se tiene que copiar en una molécula de ARN, que llega a los ribosomas, encargados de leer esa información y de sintetizar proteínas.

En ese proceso de traducción, resultan esenciales los codones, tripletes de aminoácidos que forman las proteínas y que son las marcas que los ribosomas necesitan para saber cómo fabricar cada proteína. En total, hay 61 codones que codifican para 20 aminoácidos y 3 codones que actúan como señales de parada en el proceso de traducción.

No obstante, algunos organismos utilizan un aminoácido extra, la selenocisteína, apodada el aminoácido 21, que carece de codón propio y que utiliza, modificándolo, un codón de parada. Para ello, requiere de una maquinaria compleja, con unas enzimas y un ARN específicos. A la célula este proceso le resulta "muy costoso", explican los responsables del trabajo, que han colaborado con otros investigadores de la Harvard Medical School (Estados Unidos) o de la Universidad de la República en Uruguay.

"En estudios anteriores ya habíamos descubierto que la maquinaria de la selenocisteína se había perdido muchas veces a lo largo de la evolución y nos interesó preguntarnos por qué desaparece con facilidad en unos grupos y en otros no", explica el líder del grupo de Genómica Comparativa del CRG, Toni Gabaldón.

Los hongos eran el único reino de los organismos en el que nunca se había encontrado una especie con selenocisteína. Por eso, decidieron centrarse en ellos aprovechando que recientemente se han publicado mil genomas de hongos en bases de datos de acceso libre. Tras analizarlos, descubrieron, tal y como relatan en un artículo publicado en la revista 'Nature Microbiology', que nueve especies de las 1.000 sí tenían este aminoácido.

"Fue una sorpresa porque se pensaba que no había hongos que tuvieran selenocisteína", dice Gabaldón, que detalla que las nueve especies que han descubierto que lo tienen pertenecen a grupos de hongos poco secuenciados, que "han divergido de forma temprana en la evolución de los hongos, por lo que probablemente cuando se secuencien más genomas de estos grupos, se encontrará más veces la selenocisteína".

El ancestro de los hongos que han identificado con este aminoácido también lo tenía. Algunos linajes lo han retenido mientras que en otros se ha perdido, algo que también podría pasar en otros organismos. "La pregunta que queda abierta es por qué se pierde en algunos organismos mientras que en otros son genes esenciales. Entender por qué la selenocisteína es importante en los hongos y otras ramas del árbol de la vida puede ayudarnos a entender por qué es tan importante para nuestra especie, y definir qué hace esencial el selenio para la salud humana", concluye Gabaldón.

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.