Europa Press
12 feb 2019. 17.39H
SE LEE EN 3 minutos

MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto una de las reglas que rigen la organización funcional de la región CA2 del hipocampo, implicada en la memoria social y temporal. Esta zona cerebral, que se encuentra alterada en algunos trastornos neurológicos específicos como la epilepsia y algunas formas de esquizofrenia, era considerada hasta ahora como una simple zona de transición.

En sus estudios sobre la estructura del hipocampo publicados en 1934, el neurocientífico español Lorente de Nó, discípulo de Santiago Ramón y Cajal, subdividió la región que agrupa los cuerpos de las células piramidales en cuatro campos numerados como CA1, CA2, CA3 y CA4, según las diferencias morfológicas de estas neuronas.

Desde entonces, debido a su reducido tamaño (de no más de medio milímetro en roedores y poco más de un milímetro en humanos) y a la dificultad de identificar sus neuronas con marcadores específicos, la región CA2 ha sido poco estudiada. "Nuestros resultados apoyan una nueva visión actualizada de la región CA2 más allá de la descripción inicial de Lorente de Nó", explica la directora del estudio, Liset Menéndez de la Prida, investigadora del CSIC en el Instituto Cajal.

Los tipos de memoria social y temporal representan dos componentes cruciales de la memoria episódica, la que permite construir la historia personal en relación con todo lo que pasa en un contexto espacio-temporal concreto. "Entender cómo esta región está organizada funcionalmente, cómo responde a los estímulos multisensoriales y cómo codifican la información estas neuronas, es clave para comenzar a desentrañar su función y disfunción", detalla la investigadora.

Los resultados de este trabajo, publicado en la revista 'Cell Reports', muestran que las neuronas piramidales de la región CA2 se distribuyen alrededor de un eje anatómico preciso, determinado por el final de un haz de axones conocido como las fibras musgosas. "Hemos encontrado importantes diferencias entre especies de mamíferos en la forma en la que se distribuyen las neuronas alrededor de este límite, que determina la capacidad de estas células de responder a señales intra o extrahipocampales", añade.

Las señales intrahipocampales, indican los autores del trabajo, reflejan una versión procesada de la información sensorial externa. Son el resultado de una comparación realizada por los circuitos del hipocampo con la información previamente almacenada. En cambio, las señales extrahipocampales, provenientes de ciertas zonas corticales, representan aspectos del contexto en el que están ocurriendo las cosas.

"De algún modo, CA2 integra esta información. Hemos comprobado que la capacidad de representar el espacio, por ejemplo, está distribuida a lo largo de la región, a ambos lados del eje anatómico. Curiosamente, ratas, ratones y humanos nos diferenciamos en esta distribución, lo que posiblemente influya en la función que ejerce CA2", argumenta la investigadora.

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.