MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Hasta un 60 por ciento de la ingesta energética de la dieta de los adultos proviene de alimentos ultraprocesados, que cada vez más están asociados a mayor riego de diabetes y otros trastornos metabólicos, destaca un estudio realizado por investigadores franceses, que señala a los algunos aditivos alimentarios emulsionantes como posible factor de riesgo de la diabetes tipo 2.
De hecho los emulsionantes se encuentran entre los aditivos más utilizados. Se suelen añadir a alimentos elaborados y envasados, como determinadas tartas, galletas y postres industriales, así como a yogures, helados, tabletas de chocolate, panes industriales, margarinas y comidas listas para consumir o para calentar, con el fin de para mejorar su apariencia, sabor y textura y alargar su vida útil.
Entre los más conocidos se incluyen, por ejemplo, mono y diglicéridos de ácidos grasos, carragenanos, almidones modificados, lecitinas, fosfatos, celulosas, gomas y pectinas.
Como ocurre con todos los aditivos alimentarios, la seguridad de los emulsionantes había sido evaluada previamente por agencias de seguridad y salud alimentaria basándose en la evidencia científica disponible en el momento de su evaluación, sin embargo ahora ivestigadores del Inserm, INRAE, Université Sorbonne Paris Nord, Université Paris Cité y Cnam, como parte del Equipo de Investigación en Epidemiología Nutricional (CRESS-EREN), se han propuesto confirmar si alteran la microbiota intestinal y aumentan el riesgo de inflamación y alteración metabólica.
Los resultados, que se han publicado en 'The Lancet Diabetes & Endocrinology', se basan en el análisis de datos de 104.139 adultos en Francia (edad media 43 años; 79% mujeres) que participaron en el estudio de cohorte web NutriNet-Santé entre 2009 y 2023. Los participantes completaron al menos dos días de registros dietéticos, recogiendo información detallada de todos los alimentos y bebidas consumidos y sus marcas comerciales (en el caso de productos industriales).
Estos registros dietéticos se repitieron cada seis meses durante 14 años y se compararon con bases de datos para identificar la presencia y cantidad de aditivos alimentarios (incluidos emulsionantes) en los productos consumidos. También se realizaron ensayos de laboratorio para proporcionar datos cuantitativos. Esto permitió medir la exposición crónica a estos emulsionantes a lo largo del tiempo.
Durante el seguimiento, los participantes informaron sobre el desarrollo de diabetes (1.056 casos diagnosticados) y los informes se validaron mediante una estrategia de múltiples fuentes (incluidos datos sobre el uso de medicamentos para la diabetes). Se consideraron varios factores de riesgo bien conocidos de diabetes, como la edad, el sexo, el peso (IMC), el nivel educativo, los antecedentes familiares, el tabaquismo, el alcohol y los niveles de actividad física, así como la calidad nutricional general de la dieta (incluida la ingesta de azúcar) tenido en cuenta en el análisis.
Después de un seguimiento promedio de siete años, los investigadores observaron que la exposición crónica (evaluada mediante datos repetidos) a los siguientes emulsionantes se asociaba con un mayor riesgo de diabetes tipo 2. En el caso de los carragenanos (E407)se observó un 3% de aumento de riesgo por incremento de 100 mg por día; en los fosfato tripotásico (E340) un 15% más de riesgo por incremento de 500 mg por día; en los Ésteres de ácido mono y diacetiltartárico de mono y diglicéridos de ácidos grasos (E472e) un 4% de aumento de riesgo por incremento de 100 mg por día.
Asimismo, en el citrato de sodio (E331) un 4% de aumento de riesgo por incremento de 500 mg por día; con la goma guar (E412) un 11% de aumento de riesgo por incremento de 500 mg por día; con la goma arábiga (E414) un 3% de aumento de riesgo por incremento de 1000 mg por día; y con la goma xantana (E415) 8% de aumento del riesgo por incremento de 500 mg por día.
Este estudio constituye una exploración inicial de estas relaciones y ahora se necesitan más investigaciones para establecer vínculos causales. Y los investigadores mencionaron varias limitaciones de su estudio, como el predominio de mujeres en la muestra, un nivel de educación más alto que la población general y, en general, más conductas que promueven la salud entre los participantes del estudio NutriNet-Santé. Por tanto, consideran que es necesario tener precaución al extrapolar las conclusiones a toda la población francesa.
Para los investigadores es necesario replicarlos en otros estudios epidemiológicos en todo el mundo y complementarlos con estudios experimentales de intervención y toxicológicos para informar mejor sobre los mecanismos que vinculan estos emulsionantes de aditivos alimentarios y la aparición de diabetes tipo 2.
Sin embargo, "nuestros resultados representan elementos clave para enriquecer el debate sobre la reevaluación de las regulaciones sobre el uso de aditivos en la industria alimentaria, con el fin de proteger mejor a los consumidores", explican Mathilde Touvier, directora de investigación del Inserm, y Bernard Srour, profesor junior del INRAE, autores principales del estudio.
Entre los próximos pasos, el equipo de investigación observará las variaciones en ciertos marcadores sanguíneos y la microbiota intestinal relacionados con el consumo de estos aditivos, para comprender mejor los mecanismos subyacentes. Los investigadores también analizarán el impacto en la salud de las mezclas de aditivos y sus posibles "efectos cóctel".