Europa Press
23 mar 2020. 18.57H
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MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El miedo y la ansiedad prolongados provocados por factores de estrés no solo pueden afectar a la salud mental de una persona, sino que también pueden tener un impacto duradero en la composición del esperma de un hombre que podría afectar a su futura descendencia, según un estudio publicado en la revista 'Nature Communications' por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (Estados Unidos).

La investigación esboza un mecanismo biológico de cómo la experiencia de un padre con el estrés puede influir en el desarrollo del cerebro fetal en el útero. Los efectos del estrés paterno pueden transferirse a la descendencia a través de cambios en las vesículas extracelulares que luego interactúan con el esperma en maduración. Las vesículas extracelulares son pequeñas partículas unidas a la membrana que transportan proteínas, lípidos y ácidos nucleicos entre las células. Se producen en grandes cantidades en el tracto reproductivo y juegan un papel integral en la maduración del esperma.

"Hay tantas razones por las que reducir el estrés es beneficioso, especialmente ahora que nuestros niveles de estrés son crónicamente elevados y seguirán siéndolo en los próximos meses. El manejo adecuado del estrés no sólo puede mejorar la salud mental y otras dolencias relacionadas con el estrés, sino que también puede ayudar a reducir el posible impacto duradero en el sistema reproductivo que podría afectar a las generaciones futuras", explica una de las autoras del estudio, Tracy Bale.

Para examinar un nuevo papel biológico de las vesículas extracelulares en la transferencia del estrés de papá al esperma, los investigadores examinaron las vesículas extracelulares de ratones después del tratamiento con la hormona del estrés, la corticosterona. Después del tratamiento, mostraron grandes cambios en su tamaño general, así como en su contenido de proteínas y pequeños ARN.

Cuando el esperma se incubó con estas vesículas extracelulares previamente "estresadas" antes de fertilizar un óvulo, las crías de ratón resultantes mostraron cambios significativos en los patrones de desarrollo temprano del cerebro, y como adultos estos ratones también fueron significativamente diferentes a los controles por la forma en que respondieron al estrés por sí mismos.

Para ver si se producían diferencias similares en el esperma humano, los investigadores reclutaron a estudiantes de la Universidad de Pensilvania para que donaran esperma cada mes durante seis meses, y completaran cuestionarios sobre su estado de estrés percibido en el mes anterior. Encontraron que los estudiantes que habían experimentado un estrés elevado en los meses anteriores mostraban cambios significativos en el pequeño contenido de ARN de su esperma, mientras que los que no tenían ningún cambio en los niveles de estrés experimentaban poco o ningún cambio. Estos datos confirman un patrón muy similar encontrado en el estudio con ratones.

"Nuestro estudio muestra que el cerebro del bebé se desarrolla de manera diferente si el padre experimentó un período crónico de estrés antes de la concepción, pero aún no conocemos las implicaciones de estas diferencias. ¿Podría este prolongado y alto nivel de estrés aumentar el riesgo de problemas de salud mental en la futura descendencia, o podría experimentar el estrés y manejarlo bien ayudar a promover la resistencia al estrés? No lo sabemos realmente en este momento, pero nuestros datos resaltan por qué son necesarios más estudios", concluyen estos científicos.

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