Europa Press
12 mar 2024. 18.57H
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MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

El glaucoma es una patología que puede afectar a toda la población, pero existen determinados factores de riesgo frecuentes que aumentan las probabilidades de desarrollar esta enfermedad como el factor hereditario, aunque el responsable de la Unidad de Glaucoma de Hospital Quirónsalud Barcelona, el doctor Amadeu Carceller, señala que "no es solo una enfermedad hereditaria.

El glaucoma, una enfermedad que afecta al nervio óptico y provoca una pérdida gradual de la visión, puede tener diversas causas, siendo comúnmente asociado con un aumento de la presión intraocular. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituye la segunda causa de ceguera en el mundo y afecta a más del tres por ciento de la población española. Es silenciosa hasta en fases muy avanzadas y en las etapas iniciales puede ser asintomática.

La detección temprana mediante revisiones anuales es crucial para prevenir una pérdida irreversible de la visión. Así, los expertos advierten de que, aunque el glaucoma puede controlarse si se diagnostica en etapas tempranas, es fundamental realizar visitas periódicas con el especialista para evitar un deterioro funcional permanente.

En la forma más frecuente del glaucoma, es posible que se pierda hasta un 40 por ciento de la visión sin que los pacientes perciban cambios significativos. A medida que la enfermedad progresa, es común experimentar una pérdida de visión en los campos laterales (periférica), visión de túnel o la aparición de manchas en la vista.

Los pacientes con mayor probabilidad de tener un glaucoma son: mayores de 60 años y mayores de 40 con antecedentes familiares, pacientes diabéticos, con migrañas o presión intraocular alta, personas con miopía o hipermetropía alta, con un trauma severo, como es recibir un golpe en el ojo; y los hijos de personas con glaucoma pasan de un dos a un cuatro por ciento de riesgo de padecerlo, cifra que sigue siendo baja. También hay genes identificados como responsables de transmitir glaucoma de una generación a otra, pero esto no es lo habitual.

"Los pacientes que tienen familiares con glaucoma ya están alerta y están más sensibilizados con las revisiones periódicas. Coincidiendo con el Día Mundial del Glaucoma, es importante incidir en que todos somos susceptibles de padecer glaucoma, olvidémonos del factor hereditario porque sería un error. Es determinante que tengamos presente la enfermedad y que realicemos una visita anual a nuestro oftalmólogo. Es la única manera de diagnosticarla a tiempo", apunta el doctor Carceller.

Además, advierte de que "un tercio de los pacientes que llegan a consulta están en esta fase avanzada con afectación en mayor o menor grado en la visión, por ello es vital la detección precoz".

La evaluación inicial se lleva a cabo mediante la tonometría, que consiste en la medición de la presión intraocular y la evaluación de la papila óptica. Si se identifica una hipertensión, signo distintivo del glaucoma o se sospecha lesión de la papila óptica, se procede con otras pruebas diagnósticas como la Tomografía de Coherencia óptica de la papila y la Campimetría Visual para determinar la etapa evolutiva de la enfermedad. A partir de ese punto, el médico especialista prescribe un tratamiento para reducir la presión ocular y detener la progresión de la enfermedad.

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