Europa Press
09 dic 2024. 11.56H
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MADRID, 9 (EUROPA PRESS)

El jefe de la Unidad de Intervencionismo Ecoguiado y Terapias Biológicas de Olympia Quirónsalud, Borja Núñez de Aysa, ha advertido de que el 'síndrome del corredor', un doloroso problema de rodilla frecuente en personas que practican carreras de fondo o deportes de resistencia, limita tanto el entrenamiento como las actividades diarias de quienes lo padecen.

Este trastorno conocido comúnmente como 'la rodilla del corredor' se trata del síndrome de fricción de la cintilla iliotibial, una banda que conecta la cresta ilíaca, situada en la parte superior de la pelvis, con la tibia, y se produce por el roce persistente de esta estructura fibrosa con el cóndilo femoral externo, que se ubica en la cara lateral de la articulación de la rodilla.

Según ha explicado Núñez de Aysa, el síndrome del corredor se manifiesta con un dolor agudo e incapacitante en la cara lateral de la rodilla, que suele desaparecer al cesar la actividad física, pero reaparece en los siguientes entrenamientos. Además, en casos moderados o graves, el dolor puede aparecer en actividades cotidianas como caminar o subir escaleras.

¿CUÁLES SON SUS PRINCIPALES CAUSAS?

Este problema de rodilla puede afectar tanto a corredores experimentados como a principiantes que no han prestado atención a aspectos biomecánicos al iniciar sus entrenamientos, por lo que las personas que lo padecen suelen tener una musculatura poco desarrollada o una técnica de carrera deficiente.

A este respecto, el especialista de Olympia ha detallado que la debilidad de los músculos aductores de la cadera es una de las causas que originan el síndrome del corredor, ya que estos músculos son clave para estabilizar la rodilla durante la carrera y, cuando están frágiles, obligan al tensor de la fascia lata, un músculo de la parte externa del muslo, a trabajar en exceso, lo que aumenta la tensión en la cintilla iliotibial y provoca el roce doloroso.

Además, el doctor Núñez ha apuntado a los problemas en la pisada como causantes de una desviación de la alineación de la rodilla, lo que incrementa esa fricción en la banda iliotibial, mientras que las alteraciones en la estabilidad lumbopélvica y desórdenes en la postura también contribuyen al desarrollo de esta lesión.

Por otra parte, el experto ha detallado que en muchos pacientes el síndrome del corredor puede derivar en otras patologías, como condromalacia y tendinopatías rotulianas o cuadricipitales, debido a la afección del eje paralelo del cuádriceps.

¿CÓMO SE LLEVA A CABO EL DIAGNÓSTICO?

El diagnóstico del síndrome del corredor requiere un enfoque integral que combine la experiencia clínica con el uso de técnicas avanzadas de imagen. Según Núñez de Aysa, una historia clínica detallada es esencial para identificar los síntomas característicos y los factores predisponentes de cada paciente.

Además, herramientas como la ecografía y la resonancia magnética resultan indispensables. La ecografía permite visualizar el estado de la banda iliotibial y descartar otras lesiones de tejidos blandos, mientras que la resonancia magnética ayuda a identificar posibles complicaciones, como edema óseo, lesiones meniscales o alteraciones condrales en la rodilla.

Todo ello permite a los especialistas evitar la confusión entre este síndrome y otras patologías que afectan a la rodilla, con el objetivo de que el tratamiento que se administre sea el adecuado.

¿CÓMO SE TRATA?

Núñez de Aysa ha señalado que el tratamiento depende de la gravedad y la duración de la lesión, pero siempre incluye el alivio de los síntomas junto a la corrección de los factores biomecánicos que la causaron.

Así, se debe empezar por una disminución de la actividad física para evitar que la inflamación progrese y, en casos avanzandos, son beneficiosas las infiltraciones ecodirigidas con antiinflamatorios y los bloqueos neuromusculares en el vientre muscular del tensor de la fascia lata. "En pacientes con complicaciones lumbares, también puede ser necesario un tratamiento dirigido a nivel lumbar", ha añadido.

Para la corrección de los factores biomecánicos, el especialista ha indicado la realización de ejercicios de fortalecimiento muscular enfocados en los aductores de la cadera y los estabilizadores lumbopélvicos, además de un estudio de la técnica de carrera, la pisada y la postura del paciente para evitar recaídas. A partir de este análisis exhaustivo se puede aconsejar el uso de plantillas personalizadas.

"Cuando el síndrome es de larga evolución y la cintilla iliotibial está engrosada o hipertrofiada, puede ser necesario recurrir a técnicas como la disección percutánea para aliviar la tensión y modificar el tejido afectado", ha concluido el doctor.

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