Europa Press
10 sep 2019. 18.31H
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MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

La directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, Ibone Olza, ha calificado de "histórico" la publicación del informe 'Enfoque basado en los derechos humanos del maltrato y la violencia contra la mujer en los servicios de salud reproductiva, con especial hincapié en la atención del parto y la violencia obstétrica', realizado por la ONU y en el que se reconoce la violencia obstétrica.

"Se trata de un informe importantísimo e histórico que supone el reconocimiento de la gravedad y dimensión del problema de la violencia obstétrica. Profundiza en las causas del maltrato y la violencia, reconoce que el problema es estructural y señala las malas condiciones de trabajo de los profesionales de la atención al parto. También desculpabiliza a las madres, valida sus experiencias, califica de 'tortura' el realizar una cesárea o una episiotomía sin consentimiento y describe las formas de maltrato más habituales en el parto, especialmente el chantaje y cómo se minimizan o invisibilizan sus consecuencias", ha dicho.

Del mismo modo se ha pronunciado la psicóloga clínica Patricia Fernández, quien ha asegurado que el informe es "necesario y esperanzador", destacando especialmente el uso del concepto 'violencia obstétrica' y el hecho de que la relatora de la ONU, Dubravka Imonovic, se refiera al mismo como una "violación de derechos humanos".

"El informe de Naciones Unidas refuerza su convencimiento de que hay que seguir visibilizando la violencia obstétrica y enfrentando las injusticias con todos los mecanismos a nuestro alcance. Para la jurista, la incorporación del concepto por parte de la ONU supone un reconocimiento a todas aquellas mujeres que al compartir el testimonio de su historia personal han hecho visible lo que hasta hace poco eran meras anécdotas" para la sociedad civil", ha dicho la abogada especializada en salud sexual y reproductiva Francisca Fernández Guillén.

GARANTIZAR LA REPARACIÓN A LAS VÍCTIMAS DE MALTRATO

Y es que, a juicio de Olza, el informe plantea cuestiones "especialmente relevantes" para los profesionales de la salud mental que atienden a las madres que sufren las secuelas psíquicas de la violencia obstétrica. Entre ellas, la psiquiatra ha subrayado la importancia de garantizar la reparación a las víctimas de maltrato y violencia, como recoge la primera de las recomendaciones del informe (artículo 75), que insta a los Estados a "aprobar leyes y políticas apropiadas para combatir y prevenir ese tipo de violencia, enjuiciar a los responsables y proporcionar reparación e indemnización a las víctimas".

Además, según Olza, el documento recoge reivindicaciones clásicas de asociaciones de usuarias como 'El Parto es Nuestro', que reclaman la necesaria "transparencia en la obstetricia. Concretamente, en el artículo 81 del informe, la ONU solicita a los estados "supervisar los centros de salud y recopilar y publicar datos sobre el porcentaje de cesáreas, partos vaginales, episiotomías y otros servicios de salud reproductiva".

Por su parte, Fernández ha aseverado que el informe orienta hacia una intervención "no paternalista" en la que se da peso al consentimiento adecuadamente informado como derecho humano y protección, y no como trámite o salvoconducto. A su entender, el documento permite avanzar hacia intervenciones "más comedidas y consensuadas" y hacia una asistencia que coloca "en primera persona" a la mujer de parto.

"Esto nos permite avanzar hacia relaciones profesionales más humanas, que requieren de ver a la mujer en todas sus dimensiones y que fomentan el dialogo y el respeto a sus necesidades despojándonos de visiones paternalistas y jerárquicas", ha enfatizado.

Finalmente, la psicóloga clínica del Programa de Salud Mental Perinatal del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, María Emilia Dip, ha explicado que el informe tendrá también un "gran impacto" en los profesionales de la salud, ya que la violencia obstétrica es también síntoma del maltrato que tienen las grandes instituciones hacia los profesionales.

"Muchos profesionales, ante el maltrato institucional que sufren, se salvan identificándose con quien les maltrata y a su vez maltratando a las usuarias. Es fundamental que las instituciones empiecen a cuidar más a los profesionales que están al pie del cañón para romper esa cadena de maltrato que va de la institución al profesional y que termina repercutiendo en las madres. Estamos todos heridos ante este maltrato mutuo. Es una constante proyectar en el paciente el propio maltrato que sufrimos los profesionales desde la institución", ha zanjado.

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