MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
La principal novedad para tratar el cáncer de mama es la cirugía oncoplástica, una técnica que permite reconstruir la mama y quitar tumores para evitar la mastectomía, ha asegurado la doctora del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital La Luz (Madrid), la doctora Beatriz Albi, durante el II Congreso sobre Cáncer de Mama para Pacientes y Familiares, organizado por el centro sanitario.
Tradicionalmente, se retiraba todo el tejido de la mama mediante la mastectomía, pero esta técnica "ahora se hace en casos específicos, como tumores muy grandes o que están a la vez en varios de los cuatro cuadrantes de la mama", según la doctora Albi.
También se realiza en aquellas mujeres que tienen un tumor genético, que constituyen un 10 por ciento, donde se aplica una mastectomia profiláctica. "Mediante esta técnica se quitan ambas mamas para reducir un 90% el riesgo de desarrollar un cáncer de mama", ha explicado la experta.
En general, las principales novedades en el tratamiento del cáncer de mama son cada vez más individualizados, con menores tasas de toxicidad y un menor número de efectos secundarios, según se ha puesto de manifiesto durante la jornada.
A nivel quirúrgico, se busca reducir primero el tamaño del tumor mediante quimioterapia para después realizar una cirugía más pequeña y conservar la mama. También se pretende evitar la extirpación de los ganglios linfáticos mediante la detección del ganglio centinela para no desarrollar un lifedema, una de las secuelas del cáncer de mama.
Por su parte, en cirugía axilar las técnicas disponibles en la actualidad permiten una detección superior al 95 por ciento de los ganglios centinelas, que también es el primer ganglio linfático axilar que predice el nivel de afectación linfática.
Se utilizan el 'Spect-Tac', un mapa de cómo llegar al ganglio centinela de manera tridimensional, o la gammacámara portátil, que ofrece una imagen en vivo dentro del quirófano para identificar dentro de la axila los ganglios centinelas. También el 'Sentimag', con detección en base a partículas de hierro.
Por su parte, la radioterapia, una forma de tratamiento con radiaciones ionizantes para dañar y destruir las células tumorales, busca tratamientos más cómodos y con un número menor de sesiones para eliminar las células tumorales que todavía puedan existir después de la cirugía.
Los tratamientos sistémicos, aquellos que actúan en todo el organismo, como la quimioterapia, se utilizan como apoyo en las cirugías al reducir el tamaño del tumor o después de la misma, de forma que se disminuya el riesgo de recaída local.
DETECCIÓN PRECOZ
La detección precoz de la enfermedad se lleva a cabo con tres técnicas de diagnóstico diferentes: la mamografía, la ecografía y la resonancia magnética. La mamografía es la prueba diagnóstica por excelencia para detectar el cáncer de mama, sobre todo para el diagnóstico precoz. "Ha reducido la mortalidad del cáncer de mama en más de un 30 por ciento de los casos", según el doctor del servicio de Diagnóstico por Imagen del Hospital La Luz, José Luis Pérez Aranda.
La ecografía, ha indicado el especialista, es el complemento ideal para la mamografía. "Está especialmente indicada en pacientes jóvenes porque tienen un tejido fibroglandular muy denso que hace difícil interpretar si hay una lesión dentro de ese tejido".
Mientras, la resonancia magnética se utiliza fundamentalmente para estudiar a las pacientes con factores de riesgo elevados. "También se practica en pacientes que necesitan hacer un tratamiento previo a la cirugía, así como para el diagnóstico diferencial entre recidiva y cambios cicatriciales en pacientes ya operadas", ha indicado.
FACTORES DE RIESGO
La forma más común del tumor de pecho se conoce como carcinoma ductal infiltrante. Según el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del mismo hospital, el doctor Manuel Albi, "el 90 por ciento de las mujeres con cáncer de mama van a estar vivas 5 años después de haberse sometido a un tratamiento".
Este tumor consta de diferentes factores de riesgo divididos entre modificables y no modificables. "La mitad de las mujeres que vienen a la consulta porque tienen un cáncer de mama tienen factores de riesgo", ha afirmado el doctor Albi.
Entre los no modificables, destacan la edad, a más edad, mayor riesgo; el sexo, ser mujer es un factor de riesgo, hay muy pocos casos en hombres; o la talla, ya las mujeres muy altas tienen mayor riesgo de cáncer en general. Mientras, entre los modificables se encuentran la falta de vitamina D, el sobrepeso o el consumo de alcohol.
FACTOR DE RIESGO GENÉTICO
Por otro lado, también existe el reisgo genético de sufrir un carcinoma de pecho. Mientras que el 80 por ciento son esporádicos, entre el 10 y el 15 por ciento son familiares, lo que ocurren cuando dos o más miembros con la enfermedad de familias muy numerosas comparten factores de riesgo como la obesidad o el hábito tabáquico.
Los hereditarios constituyen entre el 5 y el 10 por ciento. Suceden cuando existe la mutación de un gen que se transmite de padre a hijo y conlleva un riesgo aumentado, de entre un 5 y un 10 por ciento, de desarrollarlo con respecto a la población general.
En este sentido, la doctora del servicio de Oncología Médica, Cecilia Guillén, ha recordado que el cáncer no se hereda. "Ser portador de la enfermedad no quiere decir necesariamente que se vaya a desarrollar. Hablamos de riesgo aumentado que se puede modificar mediante las cirugías, la detección precoz y un estilo de vida saludable", ha indicado.