Europa Press
18 sep 2024. 18.02H
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MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

La depresión es el segundo síntoma neuropsiquiátrico más frecuente en la enfermedad de Alzheimer tras la apatía, tal y como indica la Sociedad Española de Neurología; sin embargo la especialista en Neurología del Hospital Universitario Infanta Leonor Sagrario Manzano ha advertido de que no siempre se consigue diagnosticar, pudiendo llegarse a confundir los síntomas de depresión con los propios de la enfermedad neurológica.

"La expresión clínica de la depresión en el marco de una demencia es muy variada, y tenemos que estar abiertos a esa heterogeneidad de síntomas que muchas veces lo que está traduciendo es esa enfermedad neurodegenerativa de base", ha explicado Manzano con motivo del Día Mundial de la enfermedad de Alzheimer, que se celebra el 21 de septiembre.

En casos de deterioro cognitivo leve, la prevalencia de depresión es de aproximadamente el 25 por ciento en muestras comunitarias y del 40 por ciento en muestras clínicas. Entre los adultos mayores con demencia por todas las causas, la prevalencia del trastorno depresivo mayor es del 14,8 por ciento en pacientes con enfermedad de Alzheimer.

La progresión de la EA se asocia, generalmente, con una apatía más severa y una depresión y ansiedad menos graves, pero los síntomas afectivos son prevalentes en todas las etapas de la demencia.

Además, la experta señala que "la depresión tiene un peso específico muy alto (3%) como factor de riesgo de una demencia cuando se padece en la edad media de la vida, tal y como ha puesto de manifiesto la 'Comisión The Lancet', pero muchas veces el debut de sintomatología depresiva tardía y demencia, significa la coexistencia de ambas patologías, y existe el deber de tratar las dos. Es muy importante que los neurólogos detectemos y tratemos adecuadamente la depresión en los pacientes neurológicos para mejorar su calidad de vida".

SINTOMATOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER EN SUS DISTINTAS ETAPAS

Un documento de consenso reciente ha concluido que la depresión en las primeras etapas de la EA podría caracterizarse por síntomas somáticos que podrían diferenciarse de la apatía por la presencia de tristeza, pensamientos depresivos y despertarse temprano por la mañana. En las fases más avanzadas de la EA, los síntomas de depresión incluirían inversión del ciclo sueño-vigilia, comportamiento agresivo y agitación.

"La agitación en casos de demencia avanzada muchas veces supone la expresión de un síntoma afectivo como la depresión. El gran reto es la demencia avanzada, donde los pacientes, de forma mayoritaria, no pueden verbalizar esos síntomas afectivos y la única forma de hacerlo es la agitación, algo que se debe tener en cuenta a la hora de plantear el abordaje terapéutico", ha explicado Manzano.

En cuanto al tratamiento de la enfermedad de Alzheimer comórbida con depresión, la neuróloga del Hospital Infanta Leonor de Madrid indica que, en general, se recomienda utilizar, de forma escalonada, fármacos antidepresivos que tengan un perfil óptimo para los pacientes con demencia. "Tal y como indican los consensos Delphi de nuestro país, en los que se recomiendan determinados fármacos por su perfil de seguridad, de mejoría de la sintomatología depresiva y de su impacto sobre la cognición y, algunos como vortioxetina, sobre la conducta, la funcionalidad y la calidad de vida, como se ha visto en distintos ensayos clínicos. Por tanto, el tratamiento debe basarse en las terapias combinadas porque tenemos que intentar neuromodular distintos neurotransmisores que están alterados en la EA", ha finalizado.

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