MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Diez exámenes post-mortem realizados a pacientes con COVID-19 confirmado encontraron que todos los pacientes tenían lesiones pulmonares y cicatrices tempranas en los pulmones como resultado del virus, así como lesiones en los riñones. Nueve pacientes también tenían trombosis (un coágulo de sangre) en al menos un órgano principal (corazón, pulmón o riñón). El equipo no pudo investigar la trombosis en el décimo paciente.
El equipo de investigación que está detrás del estudio cree que los hallazgos podrían ayudar a guiar a los clínicos en el tratamiento de las complicaciones derivadas de COVID-19, como el uso de anticoagulantes para evitar que se desarrollen coágulos de sangre. También esperan que una mejor comprensión de las complicaciones clave en los casos graves podría ayudar a los clínicos a desarrollar nuevas formas de monitorizar y tratar la enfermedad.
El estudio, publicado en 'The Lancet Microbe', fue dirigido por investigadores del Imperial College London y del Imperial College Healthcare NHS Trust. Aunque el número de pacientes examinados es pequeño, este es el mayor estudio hasta la fecha de exámenes post-mortem en pacientes con COVID-19 en Inglaterra.
Durante el período de confinamiento, los investigadores tuvieron muy pocas oportunidades de realizar exámenes post mortem con fines de investigación en pacientes que murieron a causa de la enfermedad. El equipo quería ver si podían obtener nuevos conocimientos sobre cómo el virus infecta las células del cuerpo estudiando muestras de tejido de pacientes que murieron como resultado de un COVID-19 grave.
El equipo realizó exámenes post-mortem completos y biopsias en diez pacientes de 22 a 97 años en los hospitales del Imperial College Healthcare NHS Trust durante marzo y junio. El consentimiento completo para la autopsia con muestreo de tejido generalizado y el uso del tejido para la investigación se solicitó a los familiares y amigos de los fallecidos, de acuerdo con los protocolos nacionales. Siete de los pacientes eran hombres y cuatro mujeres.
En los pacientes estudiados, la presión arterial alta y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica fueron los factores que más contribuyeron a la muerte. Todos los pacientes desarrollaron fiebre y tuvieron al menos dos síntomas respiratorios como tos y falta de aliento durante las primeras etapas de la enfermedad. La mayoría de los pacientes murieron dentro de las tres semanas siguientes a la presentación de los síntomas, y los tratamientos variaron según la cohorte.