Europa Press
14 ene 2019. 16.47H
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MADRID, 14 (EUROPA PRESS)

El dolor y el abuso de sustancias interactúan en un círculo vicioso que, en última instancia, puede empeorar y mantener tanto el dolor crónico como la adicción, según ha demostrado un equipo de investigación que incluye profesores en la Universidad de Binghamton (Estados Unidos).

En su trabajo, publicado en la revista 'Annual Review of Clinical Psychology', los investigadores analizaron los resultados de más de 100 estudios sobre el dolor y el uso de sustancias. Luego, integraron estas dos líneas de investigación empíricas en un modelo recíproco en el que el dolor y el abuso de sustancias interactúan en la forma de un circuito de retroalimentación positiva.

"El uso de sustancias puede ser un factor de riesgo para el dolor crónico y puede empeorarlo con el tiempo. Por otro lado, experimentar dolor puede motivar a las personas a usar sustancias y hacer que sea más difícil dejar de fumar. Proponemos que las dos condiciones interactúen en la forma de un circuito de retroalimentación positiva, lo que significa que pueden incrementarse mutuamente con el tiempo", señala una de las autoras, Emily Zale.

"También sabemos que las personas usan sustancias más allá de los opiáceos para automedicarse o sobrellevar el dolor. Los clínicos que intentan ayudar a sus pacientes a dejar de fumar cigarrillos, beber alcohol o consumir cannabis deberían ayudar a sus pacientes a reemplazar el consumo de sustancias con estrategias saludables para enfrentar el dolor", indica la investigadora.

Zale y sus colaboradores están siguiendo múltiples vías de investigación, incluidos estudios para comprender mejor las razones por las que el dolor y el consumo de sustancias quedan atrapados en un círculo vicioso, e investigaciones para desarrollar tratamientos que puedan ayudar a romper el ciclo.

"Cuando la gente piensa en el dolor y el uso de sustancias, es común que se mencionen los opioides. Si bien la crisis de los opioides ha merecido una atención considerable, nuestra investigación sugiere que las sustancias no opioides, como la nicotina/tabaco, el alcohol y el cannabis, también son muy importantes a considerar en relación con el dolor", concluye Zale.

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