Europa Press
07 feb 2019. 14.32H
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CC.OO. reclama que dote al colectivo de una Guía Práctica de Salud Laboral que evalúe adecuadamente los riesgos

MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

El 70% de las camareras de piso consumen fármacos de manera habitual para paliar el dolor muscular y paliar la ansiedad debido a las condiciones en las que trabajan, que incluyen mantener una media de entre 20 y 25 habitaciones por día, reducción del tiempo de trabajo y cargar con carros pesados, según el sindicato CC.OO.

Estas conclusiones se han alcanzado a través de la iniciativa 'Tus derechos, la mejor medicina', realizada por el sindicato en seis ciudades españoles y que recoge seis grupos de discusión y 15 entrevistas en profundidad entre personal del sector, tanto camareras de piso como médicos del trabajo o servicios de prevención. Además, se solicitaron propuestas de acciones para ayudar a reducir el consumo y a mejorar la situación que lo motiva.

La campaña ha sido presentada este jueves en Madrid en la jornada 'La salud laboral de las camareras de piso' que el sindicato ha organizado en la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas.

La excesiva carga de trabajo a la que se ven sometidas las camareras de piso se ve reflejada en que el 95,5% sufre síntomas clínicos de ansiedad; el 74% tiene problemas de concentración y el 82% falta de energía; el 70% afirma tener entre cuatro y siete zonas con dolor muscular; el 71,5% consume fármacos para el dolor muscular; el 73,2% duerme menos de ocho horas al día y el 9% menos de cinco, y el 40% presenta síntomas de ansiedad.

En cuanto a la forma de consumo de los fármacos, la campaña ha revelado que se trata de un "policonsumo", ya que unos medicamentos les lleva al consumo de otros para paliar los efectos de los primeros. Entre los fármacos que más consumen destacan los relajantes musculares, analgésicos o antiinflamatorios para paliar el dolor muscular, los ansiolíticos para reducir el estrés y la ansiedad que sufren por las altas cargas de trabajo y los protectores gástricos que, por los efectos secundarios de los anteriores, se ven obligadas a tomar.

Los grupos de discusión y las entrevistas han revelado también que la mayoría de los fármacos no son recetados, sino que se las pasan unas a otras a través del "boca a boca".

FALTA DE EVALUACIÓN DE RIESGOS.

Desde CC.OO. se critica la falta de evaluación de riesgos ergonómicos en el sector, ya que la vigilancia de la salud no es específica para el puesto, además de la ausencia de medidas preventivas y que los materiales empleados, como los pesados carros, el tamaño de las camas o el uso de líquidos nocivos hacen que las condiciones laborales empeoren.

Las causas del consumo son, entre otras, la ausencia de Equipos de Protección Individual en los centros y falta de formación sobre ellos para los factores físicos, mientras que entre los riesgos psicosociales se encuentran el aislamiento de trabajar en solitario, la pérdida de la unidad entre compañeras y el estrés.

En concreto, los fármacos van destinados a reducir los problemas musculoesqueléticos, los problemas de tensión, en las vías respiratorias, el envejecimiento acelerado, el insomnio, la ansiedad, el miedo a los despidos, el agotamiento psicológico o la depresión.

Por todo ello, vuelve a demandar que todas las trabajadoras, contratadas directamente por el hotel o por empresas externas, estén dentro del convenio de hostelería; que se realicen inspecciones que saquen a la luz sus verdaderas condiciones laborales; que se dote al colectivo de una Guía Práctica de Salud Laboral que evalúe adecuadamente los riesgos; que se realice un estudio de tiempos adecuado en el reparto de habitaciones, y que se pongan en marcha acciones preventivas sobre los riesgos ya identificados (camas con ruedas, material ergonómico, formación, reconocimientos médicos específicos, etc) entre otras propuestas.

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