MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Cada año se diagnostican en España 250 nuevos casos de daño cerebral adquirido por cada 100.000 menores de edad, lo que se traduce en dos de cada mil menores, según datos de la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE), recogidos por la Fundación Dacer con motivo del Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido que se celebra este sábado 26 de octubre.
De hecho, de acuerdo a los datos de FEDACE, en el 68 por ciento de los casos, los más pequeños presentan dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria como comer, hablar o moverse con normalidad, lo que les genera gran dificultad en su proceso de aprendizaje.
Un traumatismo, un breve ahogamiento en la piscina o una meningitis son algunas de las causas más frecuentes del daño cerebral adquirido, lo que en muchas ocasiones dificulta el funcionamiento cognitivo, emocional o físico y que a menudo condiciona su vida y la de sus familiares más cercanos.
Ante esta realidad, la Fundación Dacer, de apoyo a las personas con daños cerebrales y sus familias, recaudará fondos el próximo jueves 24 de octubre en un cóctel solidario y también a través de la página web para su proyecto 'Despertar', una iniciativa que pretende mejorar el estado de alerta, el funcionamiento motor, el sistema sensorial y el rendimiento comunicativo y del lenguaje de los más pequeños mientras permanecen ingresados en las UCIs pediátricas.
Todo ello haciendo partícipes a los padres del proceso de rehabilitación de sus hijos a través de un modelo de estimulación individualizado, que se adapta a las necesidades de cada menor y al tratamiento más adecuado en cada caso, con el objetivo de que estos menores salgan de la UCI lo antes posible y con el menor número de secuelas.
Según la neurorehabilitadora y vicepresidenta de la Fundación Dacer, Lorena Rodríguez "este problema cambia la vida de estos niños en un segundo, pero también la de sus familiares". Añade que, por esta razón, quieren "ayudarles aplicando un modelo estructurado de estimulación precoz, global e intensiva en el que las familias también forman parte de la recuperación de su hijo con formación individualizada para que estos niños y niñas consigan salir lo más pronto y mejor posible de esta situación".
Los primeros niños en participar de esta iniciativa se encuentran ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátrico del Hospital Universitario Ramón y Cajal, aunque está previsto que sus servicios se extiendan al resto de los hospitales de la Comunidad de Madrid y del territorio nacional.