MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) han desarrollado una mano biónica que permite a los amputados recuperar su propiocepción, es decir, la capacidad del cerebro para detectar al instante y con precisión la posición de las extremidades durante y después del movimiento, incluso en la oscuridad o con los ojos cerrados.
Las prótesis mioeléctricas actuales permiten a los amputados recuperar el control motor voluntario de su extremidad artificial mediante la explotación de la función muscular residual en el antebrazo. Sin embargo, la falta de retroalimentación sensorial significa que tienen que confiar mucho en las señales visuales. Esto puede evitar que sientan que su extremidad artificial es parte de su cuerpo y que su uso sea más antinatural.
Los resultados del nuevo estudio, que se han publicado en la revista 'Science Robotics', son la culminación de diez años de investigación en robótica. Este dispositivo permite a los amputados recuperar un sentido del tacto muy sutil y casi natural. Así, pueden determinar la consistencia, forma, posición y tamaño sin tener que mirarlo.
La prótesis ha sido probada con éxito en varios pacientes y funciona estimulando los nervios en el muñón de la persona amputada. Estos nervios artificiales pueden proporcionar retroalimentación sensorial a los pacientes en tiempo real, casi como lo hacen en una mano natural.
"Nuestro estudio muestra que la sustitución sensorial basada en la estimulación intraneural puede ofrecer tanto la retroalimentación de posición como la retroalimentación táctil de manera simultánea y en tiempo real. El cerebro no tiene problemas para combinar esta información, y los pacientes pueden procesar ambos tipos en tiempo real con excelentes resultados", aseguran los investigadores.
La estimulación intraneural restablece el flujo de información externa mediante pulsos eléctricos enviados por electrodos insertados directamente en el muñón del paciente. Después, los pacientes deben someterse a entrenamiento para aprender gradualmente a traducir esos pulsos en sensaciones propioceptivas y táctiles.
Esta técnica permitió a dos amputados recuperar una agudeza propioceptiva alta, con resultados comparables a los obtenidos en sujetos sanos. La entrega simultánea de información de posición y la retroalimentación táctil permitieron a los dos amputados determinar el tamaño y la forma de cuatro objetos con un alto nivel de precisión (75,5 por ciento).