Europa Press
10 oct 2019. 17.18H
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MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) han descubierto que el reservorio latente del VIH que persiste durante el tratamiento antirretroviral (TAR) se corresponde principalmente con los virus presentes en la sangre al inicio del tratamiento, y que estos virus latentes persisten después de años tomando los antirretrovirales.

Según explican en un artículo en la revista científica 'Science Translational Medicine', esto significa que el tratamiento en sí mismo contribuye indirectamente a la formación de la mayor parte del reservorio latente del VIH, o alternativamente que la población del reservorio viral es inestable antes del tratamiento pero se estabiliza cuando éste comienza.

"Esto es una gran sorpresa. Nuestro trabajo sugiere que si pudiéramos entender mejor el proceso de formación del reservorio, podríamos intervenir al inicio del tratamiento para reducir la mayor parte del reservorio que se forma en este momento", explica el coautor principal del trabajo, Ronald Swanstrom, profesor de Bioquímica y Biofísica en la universidad estadounidense.

Los antirretrovirales pueden suprimir el VIH hasta el punto de que el virus es casi indetectable, y las personas que toman medicamentos pueden vivir muchos años. Pero la terapia no puede erradicar completamente el virus: persiste en los depósitos dentro de las células inmunitarias, un fenómeno llamado latencia. Este reservorio latente se forma incluso cuando una persona comienza la terapia muy pronto después de la infección, pero la dinámica de la formación del reservorio ha sido en gran medida desconocida.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en todo el mundo alrededor de 38 millones de personas viven con VIH. Los tratamientos antirretrovirales están disponibles en muchas partes del mundo y en la mayoría de los casos evitarán que las personas con VIH desarrollen sida. Sin embargo, estos tratamientos deben tomarse indefinidamente. El VIH se codifica a sí mismo en el ADN de millones de células inmunes CD4, y este reservorio viral latente no solo sobrevive al tratamiento, sino que también sembrará en la sangre una nueva población de virus que se replicará activamente si el tratamiento se detiene.

ESTUDIO DE LOS ORÍGENES DEL RESERVORIO DEL VIH

Para tratar de comprender mejor los orígenes del reservorio del VIH, los investigadores analizaron las secuencias genéticas del VIH en muestras de sangre que se habían tomado de nueve mujeres sudafricanas de la cohorte 'CAPRISA 002' durante un período de varios años antes de comenzar el tratamiento.

Dado que el virus evoluciona rápidamente, podían utilizar las diferencias en la secuencia viral de cada punto temporal como un reloj para los diferentes puntos temporales. Los investigadores también examinaron muestras de sangre tomadas de estas mujeres años después de haber comenzado el tratamiento para poder analizar las secuencias de las cepas latentes del reservorio del VIH que crecieron de sus células T CD4 en el laboratorio.

Los investigadores esperaban que una comparación de las cepas de pretratamiento y las cepas del reservorio proporcionaría pistas sobre cuándo y cómo se formó el reservorio. Sin embargo, reveló algo inesperado. En las nueve mujeres, la mayoría de sus reservorios del VIH (alrededor del 71% en promedio) consistían en cepas virales que estaban estrechamente relacionadas con las cepas que circulaban justo antes de comenzar el tratamiento.

"Esta es una proporción mucho mayor de la que se vería si el reservorio se hubiera formado continuamente antes del tratamiento y siempre hubiera durado mucho tiempo. Así que o la terapia indirectamente indujo la formación de gran parte del reservorio, o estabilizó un reservorio que hasta entonces había estado moviéndose rápidamente", comenta Swanstrom.

APOYADOS EN OTROS ESTUDIOS

Los investigadores basan sus conclusiones en un estudio publicado en 2016 por la revista 'eLife', que examinó la evolución del VIH durante el tratamiento analizando el ADN del virus en las células sanguíneas de los pacientes tratados. La mayoría de estos ADN no pueden formar virus replicadores, pero esos investigadores observaron que las secuencias de ADN en el reservorio latente se parecían mucho a las secuencias de cepas del VIH que se habían estado replicando en la sangre de los pacientes justo antes de que comenzara el tratamiento.

Ahora, Swanstrom y sus colegas están haciendo un seguimiento para determinar con más detalle cómo se forma el reservorio del VIH y cómo se relaciona esa formación con el tratamiento antirretroviral. Por el momento, plantean la hipótesis de que la iniciación del tratamiento calma el sistema inmunológico al reducir la presencia del VIH que se replica activamente. Esto hace que las células T CD4 sean más propensas a convertirse en 'células de memoria' de larga vida. Y si ya estaban infectados por el VIH, las 'células de memoria' que se forman cuando se inicia la terapia constituirán gran parte del reservorio viral a largo plazo.

Por lo tanto, vaticinan que la combinación de antirretrovirales con un medicamento que inhiba la transición de las células T CD4 al estado de 'célula de memoria' podría impedir que se forme gran parte del reservorio viral. "Uno de los principales objetivos de las investigaciones actuales sobre el VIH es permitir que las personas suspendan la terapia sin que el virus regrese. Una estrategia para lograrlo es erradicar el reservorio latente. Empezar con una reserva más pequeña podría ayudar a que sea una meta alcanzable", concluye Swanstrom.

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