Europa Press
01 abr 2024. 15.22H
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MADRID, 1 (EUROPA PRESS)

El consumo de agua contaminada con niveles de arsénico superiores a los recomendados podría suponer un grave riesgo para la salud de cerca del 32 por ciento de la población mundial, según un nuevo estudio de la Universidad de Sheffield (Reino Unido).

En concreto, la nueva investigación, realizada por académicos del Instituto de Alimentación Sostenible de dicha universidad, ha revelado que los países que no respetan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los niveles de arsénico en el agua ponen en riesgo de padecer graves problemas de salud a millones de personas en todo el mundo, sobre todo en los países de renta baja y media.

Muchos países del mundo siguen utilizando el límite obsoleto de la OMS (50 microgramos L-1 o partes por billón) para el arsénico inorgánico en el agua introducido en 1963, entre ellos varios países asiáticos como China, Bangladesh, Pakistán, Camboya, Tailandia, Myanmar y Nepal, donde el arroz es el principal alimento básico.

La exposición prolongada al arsénico en el agua utilizada para beber, preparar alimentos o regar cultivos puede causar una serie de problemas de salud que afectan a todos los órganos del cuerpo, como cáncer, diabetes y enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

El arroz es uno de los principales cultivos de cereales del mundo, y contribuye a la energía alimentaria y la nutrición de más de la mitad de la población mundial. Tiene más arsénico que otros cereales, y el riesgo se agrava si se cocina el arroz con agua contaminada con arsénico por encima del límite recomendado por la OMS.

El nuevo estudio, el primero de este tipo, comparó cómo afectaba a la cantidad absorbida en los alimentos el uso de distintos métodos para cocer tipos comunes de arroz con agua contaminada con arsénico.

EL ARROZ BLANCO Y VAPORIZADO, MÁS ARSÉNICO QUE EL INTEGRAL

El arroz blanco y el vaporizado son los más consumidos en Occidente y Asia, y esta investigación descubrió que estos tipos acumulan más arsénico que el arroz integral cuando se cocinan con agua contaminada. Sin embargo, el uso de agua sin arsénico elimina este componente de estos tipos de arroz.

"Tanto el arroz como el agua potable en la Unión Europea son muy sensibles a la acumulación de arsénico. En el Reino Unido, tanto el arroz como el agua potable están regulados en cuanto al arsénico, pero en otros lugares de Asia y África, a menudo hay muy poca o ninguna regulación según las normas actuales de la OMS. Sabemos que hasta 40 países del mundo permiten más de 10 partes por billón en el agua potable, y 19 países no tienen constancia de ninguna regulación", ha señalado el doctor Manoj Menon, director de la investigación.

"Por eso, es de vital importancia que los países de todo el mundo se esfuercen por adoptar las últimas recomendaciones de la OMS para garantizar que la exposición al arsénico se reduzca al mínimo para proteger a la población", ha señalado.

En el estudio se probaron distintos niveles de arsénico inorgánico en el agua de cocción, incluidos 10 y 50 microgramos L-1 y agua del grifo sin arsénico del Reino Unido --que contiene menos de 0,2 partes por billón-- como control.

Según el doctor Menon, India tiene una población enorme afectada por un problema de arsénico, y hace unos años adoptó como norma 10 partes por billón, "dando un buen ejemplo a los demás países que aún no lo han hecho".

"Obviamente, para la gente de países donde el arroz es un alimento básico, el consumo es mayor y el riesgo para la salud también aumenta, como en muchas partes de Asia. Es posible que en el Reino Unido solo se consuman unos 5 kg de arroz al año, pero la media mundial es de 57 kg, e incluso superior, de 85 kg, en Asia", ha detallado el investigador.

En este estudio, se han evaluado los riesgos de exposición de la población de Bangladesh, el mayor consumidor de arroz per cápita del mundo, con aproximadamente 170 kg por persona, y han descubierto que casi todos los grupos de edad corren un riesgo significativo. "Los responsables políticos de los países con altos índices de consumo de arroz deben desarrollar urgentemente medidas para suministrar agua sin arsénico para uso doméstico", ha instado Menon.

Estudios anteriores del equipo descubrieron que la forma de cocinar el arroz también es significativa para reducir la carga de arsénico, ya que ciertos métodos pueden eliminar más de la mitad del arsénico presente de forma natural en los granos de arroz. Así pues, en el estudio se probó el arroz blanco y el integral con dos de los métodos de cocción más utilizados: con exceso de agua (EW) y sancochado y absorbido (PBA).

Esta nueva investigación descubrió que si no hay acceso a agua sin arsénico, la mejor forma de cocinar el arroz es utilizando el método EW, por el que se escurre una vez hecho (como la pasta o los fideos) para reducir los riesgos.

Menon ha recordado que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU) para la buena salud y el bienestar es que todo el mundo tenga acceso a agua limpia y saneamiento. Esto no puede lograrse sin una normativa que se aplique en los países donde actualmente no existen límites o análisis del agua.

"Los consumidores de arroz están realmente preocupados por el consumo de arsénico, pero nuestros sucesivos estudios han demostrado que había formas de minimizar el riesgo de exposición. Incluso en los países donde puede haber niveles más altos de arsénico inorgánico en el suministro de agua, siempre que sea posible, esto incluye seleccionar variedades de arroz que no absorban tanto arsénico y utilizar métodos de cocción que eliminen tanto arsénico del agua y de los granos como sea posible".

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