MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Un estudio de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) ha evidenciado que 50 minutos de calor seco en una cocina eléctrica, como una arrocera o una olla instantánea, descontaminan las mascarillas N95 por dentro y por fuera mientras mantienen su filtración y ajuste. Esto podría permitir a los usuarios reutilizar de forma segura los suministros limitados de los respiradores, originalmente destinados a ser artículos de un solo uso.
Las máscaras de respiración N95 son el estándar de los equipos de protección personal que protegen al usuario contra las gotas y partículas transportadas por el aire, como el coronavirus. "Una máscara de tela o una mascarilla quirúrgica protege a los demás de las gotas que el portador podría expulsar, pero una máscara de respiración protege al portador filtrando las partículas más pequeñas que podrían transportar el virus", explican los autores un artículo publicado en la revista 'Environmental Science and Technology Letters'.
La gran demanda durante la pandemia de COVID-19 ha creado una grave escasez de proveedores de servicios de salud y otros trabajadores esenciales, lo que ha impulsado la búsqueda de enfoques creativos para la higienización.
"Hay muchas formas diferentes de esterilizar algo, pero la mayoría de ellas destruirá la filtración o el ajuste de un respirador N95. Cualquier método de higienización necesitaría descontaminar todas las superficies del respirador, pero igualmente importante es mantener la eficacia de la filtración y el ajuste del respirador a la cara del usuario. De lo contrario, no ofrecerá la protección adecuada", resaltan.
Los investigadores formularon la hipótesis de que el calor seco podría ser un método para cumplir los tres criterios (descontaminación, filtración y ajuste) sin necesidad de una preparación especial ni de dejar ningún residuo químico. También querían encontrar un método que fuera ampliamente accesible para la gente en casa. Decidieron probar una cocina eléctrica, un tipo de aparato que mucha gente tiene en sus despensas.
Comprobaron que un ciclo de cocción, que mantiene el contenido de la cocina a unos 100 grados centígrados durante 50 minutos descontaminaba las máscaras, por dentro y por fuera, de cuatro clases diferentes de virus, incluido un coronavirus, y lo hacía con más eficacia que la luz ultravioleta. Luego, probaron la filtración y encajaron.
"Construimos una cámara en mi laboratorio de pruebas de aerosoles específicamente para observar la filtración de los respiradores N95, y medimos las partículas que pasaban por ella. Los respiradores mantuvieron su capacidad de filtración de más del 95 por ciento y mantuvieron su ajuste, aún sentados correctamente en la cara del usuario, incluso después de 20 ciclos de descontaminación en la cocina eléctrica", destacan.