MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Una investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota y la Facultad de Medicina Larner de la Universidad de Vermont (Estados Unidos) ha demostrado que acelerar el ritmo cardíaco con marcapasos puede ayudar a los pacientes que suelen sufrir falta de aire.
Más de 75 millones de estadounidenses padecen hipertensión arterial acompañada de engrosamiento del músculo cardiaco y más de tres millones de estos pacientes sufren insuficiencia cardiaca, una de las principales causas de ingresos hospitalarios y costes sanitarios.
En la insuficiencia cardíaca con un músculo cardíaco rígido, el corazón tiene menos capacidad para relajarse y rellenarse de sangre. Aplicando una aceleración adaptada del ritmo cardíaco, los investigadores pueden reducir la congestión y mejorar la circulación sanguínea.
"Hemos probado los mismos medicamentos que funcionan para la insuficiencia cardíaca débil con un éxito limitado. Por ejemplo, los betabloqueantes salvan muchas vidas en la insuficiencia cardíaca débil, pero en los pacientes con rigidez cardíaca son probablemente perjudiciales al ralentizar el ritmo cardíaco y aumentar la congestión de la sangre en el corazón. En este estudio, probamos si lo contrario de los betabloqueantes, acelerar el ritmo cardíaco con marcapasos, ayuda a estos pacientes", ha explicado Markus Meyer, uno de los líderes de la investigación, que se ha publicado en la revista científica 'JAMA Cardiology'.
La insuficiencia cardíaca se produce cuando el corazón no puede satisfacer adecuadamente las demandas del organismo. Aproximadamente la mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca tienen un corazón rígido con una función de bombeo normal, pero una relajación deficiente del músculo cardíaco, lo que se conoce como insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (IC-FEp).
La otra mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca tienen un corazón agrandado y débil con una función de bombeo reducida, lo que se denomina insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida. Esta enfermedad tiene muchos tratamientos eficaces.
Este estudio aporta pruebas adicionales de que las frecuencias cardíacas más altas (dentro del intervalo normal) y no las más bajas pueden ser beneficiosas para los pacientes con insuficiencia cardíaca preclínica o manifiesta.
El equipo de investigación trató de averiguar si el aumento de la frecuencia del marcapasos a una frecuencia de reposo más normal, basada en el tamaño corporal del paciente, mejoraría los resultados en pacientes con corazones rígidos.
Los pacientes estimulados a frecuencias cardíacas más rápidas se sentían notablemente mejor y estaban menos congestionados. Además, los pacientes se mostraban más activos y tenían menos fibrilación auricular, un trastorno común del ritmo cardiaco asociado a la insuficiencia cardiaca.
El equipo de investigadores cree que estos prometedores resultados justifican nuevas investigaciones para confirmar la seguridad y los beneficios de este nuevo enfoque terapéutico. Tienen previsto seguir estudiando las frecuencias de estimulación óptimas y confirmar sus resultados en estudios exhaustivos en los que participen muchos centros médicos.