MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
Acción contra el Hambre ha denunciado que las personas refugiadas "han quedado más expuestas al contagio y a los efectos socioeconómicos del coronavirus", por lo que piden que "sean incluidas en las respuestas nacionales para hacer frente al COVID-19".
La ONG recuerda que el 80 por ciento de la población mundial de refugiados vive en países de ingresos bajos y medios, donde los servicios e infraestructuras sanitarias son "insuficientes y poco accesibles". "Las consecuencias de las medidas de contención que se han tomado en los diferentes países pueden tener efectos enormemente nocivos en el acceso a la ayuda humanitaria, los alimentos y las necesidades básicas no solo de las personas desplazadas sino también de las comunidades de acogida", advierten al respecto.
"Sobre el terreno, nuestros equipos en todo el mundo constatan que en los campos de refugiados o los asentamientos informales las condiciones de hacinamiento dificultan que se tomen las medidas de distanciamiento e higiene necesarias para prevenir el contagio de la COVID-19", explica el director general de Acción contra el Hambre, Olivier Longué.
En este contexto, señalan que en Líbano más de un millón y medio de personas se han refugiado desde el comienzo de la guerra en Siria en 2011, distribuyéndose entre las zonas urbanas y los campamentos informales. "La mayoría de los asentamientos no están conectados a la red pública de agua y utilizan instalaciones sanitarias inadecuadas. Esta situación dificulta la adopción de las medidas básicas de higiene que permitirían protegerse del virus. Mientras no pueden cumplir con el aislamiento social, las medidas de contención dificultan también el acceso a alimentos y otros servicios para cubrir sus necesidades básicas, lo que supone un doble agravante", lamentan.