El
registro europeo Ewolution aporta datos de 1.021 pacientes con
fibrilación auricular tratados con el
dispositivo Watchman para el
cierre percutáneo de la orejuela izquierda, donde se forman hasta el 90 por ciento de los trombos. “Esta serie demuestra la eficacia y seguridad de la técnica en el mundo real, donde el éxito de la terapia ha sido del 98,5 por ciento, es decir, casi siempre somos capaces de cerrar de manera eficaz la orejuela y con muy pocas complicaciones”, detalla
Juan Miguel Ruiz Nodar, cardiólogo intervencionista del Hospital General Universitario de Alicante, quien ha presentado los resultados de Ewolution en el
Curso Coronario y Estructural CSC 2016, que se está celebrando en Madrid. “La mortalidad ligada a la técnica está por debajo del uno por mil”, añade.
Y estos resultados no dependen de la pericia del cardiólogo intervencionista, ya que, como explica Ruiz Nodar, en el registro europeo han participado 18 hospitales, tanto centros noveles en el uso de esta técnica como otros con mucha experiencia. “Los resultados de los centros nuevos son idénticos a los de los que tienen más práctica, debido al entrenamiento. El cierre de la orejuela con el dispositivo Watchman está muy tutorizado por
Boston Scientific –la compañía propietaria de la tecnología–, de tal manera que, para empezar un programa, hay que formarse y hacer los primeros casos con un cardiólogo intervencionista experto. Así se pueden garantizar desde el principio los mismos resultados de seguridad y eficacia que aportan los especialistas con más trayectoria”, detalla.
Ruiz Nodar asegura que el pronóstico es idéntico al que ofrece la anticoagulación.
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En ensayos clínicos randomizados
(estudios Protect AF y Prevail) esta técnica ha obtenido unos resultados “idénticos” a los que aporta la anticoagulación oral. “Es muy eficaz y segura en pacientes con fibrilación auricular y contraindicación de anticoagulantes orales”, asegura Ruiz Nodar. Las guías europeas están posicionando el cierre de la orejuela como indicación 2b, lo que significa que el especialista debe valorar esta intervención en todos los pacientes con fibrilación auricular para los que la anticoagulación (el tratamiento de primera elección) está contraindicada.
En el
Hospital General Universitario de Alicante llevan más de cuatro años realizando esta intervención. “La llegada de casos ha sido progresiva. Es un procedimiento invasivo, que normalmente se realiza en pacientes muy complejos, y los médicos eran reacios al principio. Pero no poder anticoagular a los enfermos es un problema de extrema gravedad, porque significa que van a tener un riesgo muy elevado de muerte. Esto se puede solucionar con una
técnica percutánea. Hemos ido incrementando paulatinamente las intervenciones y ahora es un procedimiento que hacemos todos los meses en pacientes derivados principalmente de
Neurología (pacientes con riesgo de ictus no anticoagulados) y de
Digestivo (pacientes con hemorragias digestivas derivadas de las complicaciones de la anticoagulación”, comenta Ruiz Nodar.
“Ahora somos capaces de eliminar el riesgo de ictus en los pacientes que no podemos anticoagular y asegurarles un pronóstico idéntico al que podrían tener con anticoagulación oral”, afirma el cardiólogo intervencionista. El tratamiento percutáneo se hace con anestesia general, la intervención dura entre 30 y 45 minutos y todos los pacientes tratados en el hospital alicantino, más de 40, han sido dados de alta al día siguiente. “Los compañeros de otras especialidades están viendo que es una técnica muy beneficiosa y está aumentando la llegada de pacientes”, destaca Ruiz Nodar.
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