El
25% de los adultos mayores de 25 años sufrirá un ictus a lo largo de su vida en todo el mundo. En España, esta enfermedad
neurológica es la
segunda causa de muerte y la primera en mujeres, con más de
110.000 afectados cada año. Además, esta patología cerebrovascular provoca que un 50% queden en situación de dependencia por discapacidad o fallezca.
Con el fin de analizar el reto actual que supone el abordaje del ictus para el Sistema Nacional de Salud, la
Fundación Tecnología y Salud ha celebrado el VII Encuentro con Pacientes y Sociedades Científicas, bajo el título
"La Tecnología Sanitaria al Servicio de los Pacientes con ictus", que ha contado con la participación de representantes de asociaciones de pacientes, de sociedades científicas y de la industria de tecnología sanitaria.
Aunque la puesta en marcha del protocolo
Código Ictus ha permitido mejorar la atención sanitaria a las personas que presentan esta afección, las cifras continúan siendo muy críticas. “La tecnología sanitaria es fundamental en el abordaje de esta enfermedad, tanto para prevenir su aparición y realizar un diagnóstico precoz, como para su tratamiento en las fases aguda y crónica.
Estas innovaciones salvan y mejoran la calidad de vida de los pacientes”, ha manifestado el profesor Fernando Bandrés, presidente de la Fundación Tecnología y Salud.
Por su parte, la secretaria del Patronato de la Fundación Tecnología y Salud y secretaria general de la Federación de Empresas de Tecnología Sanitaria, Fenin,
Margarita Alfonsel, ha destacado que “el Sector de Tecnología Sanitaria
innova permanentemente con el fin de contribuir a mejorar la atención sanitaria de estos pacientes. En este sentido, los diagnósticos permiten identificar eficazmente y con gran precisión la situación del paciente,
reduciendo además notablemente el tiempo de evaluación a pocos minutos. Por su parte, la mejora de los dispositivos a través de su miniaturización posibilita tratamientos menos invasivos, con menores efectos secundarios y resultados más fiables”.
El papel de la Tecnología Sanitaria, esencial en todo el proceso.
La
Tecnología Sanitaria permite prevenir, detectar, diagnosticar y tratar un ictus, consiguiendo evitar en algunos casos que este llegue a producirse o minimizando significativamente su impacto en el paciente. “La inteligencia artificial y el Big Data están revolucionando la tecnología para la prevención y el diagnóstico precoz del ictus y se trabaja para identificar a una persona que podría sufrir un episodio, incluso antes de que este ocurra”, ha señalado David García, presidente del sector de Tecnologías y Sistemas de Información Clínica.
Los dispositivos basados en inteligencia artificial harán posible que una persona sin afectaciones previas pueda detectar posibles signos de ictus desde su domicilio, recibir el aviso y poder actuar. Esta tecnología también permitirá informar al usuario sobre el centro adecuado al que debe acudir.
De hecho, gracias a la interconexión y a todas estas innovaciones, el protocolo de atención sanitaria al paciente se ha agilizado hasta el punto de que algunos hospitales españoles tienen
procedimientos intrahospitalarios que actúan en 30 minutos desde la llegada de un paciente agudo a urgencias, realizándose casi todo el proceso en la misma sala, desde el diagnóstico al tratamiento de manera integrada - la American Heart Association (AHA) recomienda que no se excedan los 45 minutos -, un tiempo vital para la supervivencia de las personas que sufren un ictus.
En relación con la tecnología actual, David García señala que, para lograr un diagnóstico precoz, ya se está trabajando con equipos de imagen diagnostica que realizan protocolos inteligentes con capacidad para generar imágenes en 3D que permiten visualizar la lesión y las partes afectadas con altísima resolución.
“Antes era necesario que los pacientes tuvieran síntomas para poder detectar esta enfermedad y en muchas ocasiones ya había una gran afectación que tardaba en ser diagnosticada; sin embargo, estas prometedoras innovaciones permiten orientar al especialista con imágenes de ultra alta definición en menos de 5 minutos”, añade David García.
En el tratamiento del ictus existe una gran variedad de tecnología que mejora la vida diaria del paciente. El presidente del sector Cardiovascular, Neurocirugía y Tratamiento del Dolor de Fenin, Juan Carlos García, ha destacado que
“los dispositivos de ablación y crioablación controlan o pueden controlar gran número de casos de fibrilación auricular, una de las enfermedades clave en el desarrollo de ictus. Para el abordaje agudo del ictus, las técnicas endovasculares de neurorradiología han tenido un gran desarrollo tecnológico, mientras que, para tratar las secuelas de los pacientes, las innovaciones en robótica y software para estimular la parte muscular y la cognitiva tienen una gran influencia en su calidad de vida”. También cabe destacar la
tecnología para el manejo del dolor posterior, que se da entre el 11 y el 45% después de un daño cerebral adquirido. Con estas soluciones, se recupera la psicomotricidad y disminuye el dolor.
Las ventajas de la tecnología en la atención sanitaria del ictus
Además de la gran ventaja que supone la predicción de un ictus antes de que la sintomatología sea evidente,
la inteligencia artificial y el Big Data también contribuyen notablemente a aportar equidad en el acceso a los servicios sanitarios que recibe la población. Esto se debe a que el uso de la inteligencia artificial en dispositivos como los smartwaches, o la telemedicina, mejoran la accesibilidad a la atención sanitaria y hacen posible que más pacientes se beneficien de este tipo de tecnología innovadora.
Asimismo, las innovaciones para reducir el tiempo del diagnóstico comportan una disminución de la mortalidad y de afectaciones posteriores, lo cual permite que la población tenga mejor calidad de vida y que el impacto de esta enfermedad sea el menor posible. Todo ello conlleva una
reducción del gasto sanitario, cuestión destacable si se tiene en cuenta que el ictus representa entre el 3 y el 6%.
La importancia de la concienciación
La Organización Mundial de la Salud estima que
la incidencia del ictus aumentará un 27% en los próximos 25 años y que, aunque esta enfermedad cerebrovascular afecta principalmente a personas mayores de 65 años, en los últimos años, el número de afectados menores de esta edad ha aumentado un 25%.
Debido al incremento de población que sufrirá en los próximos años un ictus, la divulgación sobre la enfermedad es esencial, dado que, como ocurre con otras tecnologías sanitarias, el conocimiento de la sociedad sobre la tecnología implicada en el ictus es bajo. “Debe ser una prioridad que las personas conozcan las diferentes tecnologías de prevención para reducir las cifras actuales. En los últimos han sido tratados más pacientes gracias al aumento en la detección. Desde el Sector promovemos proyectos e iniciativas y colaboramos con asociaciones de pacientes en campañas de concienciación cuyo fin es mejorar la detección precoz y poner el foco en la importancia de recibir el tratamiento en el menor tiempo posible”, ha resaltado Juan Carlos García.
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