Solo el 55% de las personas tiene mínimas consecuencias tras un ictus

Medtronic, la Fundación Freno al Ictus y la SEN conciencia sobre la importancia de un adecuado abordaje

María Vila, presidenta de Medtronic en España y Portugal.

02 nov 2021. 11.00H
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Con motivo de la celebración del Día Mundial del Ictus el pasado 29 de octubre, Medtronic ha colaborado con la Fundación Freno al Ictus y la Sociedad Española de Neurología (SEN) en la celebración de un encuentro científico, social e institucional celebrado el viernes en el Congreso de los Diputados. El objetivo del evento fue concienciar acerca de la importancia de un adecuado abordaje del ictus y del impacto que supone esta enfermedad tanto para el sistema nacional de salud como en la calidad de vida de los pacientes. El acto contó con la participación de los diferentes grupos parlamentarios, los presidentes de ambas entidades, Julio Agredano al frente de la Fundación Freno al Ictus y José Miguel Laínez como presidente de la SEN, y diferentes expertos de referencia en el manejo y control del ictus.

Actualmente entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus cada año en España según datos de la SEN. Además, el ictus constituye la segunda causa de muerta en el país, la primera en el caso de las mujeres, acorde con el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ante estos datos, ambas entidades han puesto de manifiesto que es esencial acelerar la cadena asistencial para reducir el impacto del ictus en la sociedad y favorecer la recuperación de los pacientes. En este sentido, a nivel médico, el diagnóstico precoz y el rápido tratamiento del ictus con la tecnología sanitaria más innovadora permiten reducir el riesgo de discapacidad y mejorar los resultados neurológicos tras un ictus. 


Beneficios de una rápida intervención tras el ictus


A los datos anteriores se suma que, según la SEN, de los casos de ictus que se producen en España, solo un 55 por ciento de las personas consigue recuperarse o tener mínimas consecuencias. Un 30 por ciento de los afectados padece secuelas discapacitantes que afectan a su calidad de vida y la de sus familiares, que en muchas ocasiones se convierten en cuidadores. De mano de la tecnología sanitaria actual es posible mejorar estas cifras. Concretamente, la evidencia científica ha demostrado que la trombectomía mecánica, una intervención mínimamente invasiva y segura, favorece que el paciente recupere su independencia funcional tres meses después de la intervención.

Esto se debe a que con la trombectomía mecánica es posible retirar del torrente sanguíneo de forma rápida y sencilla los coágulos que obstruyen el paso de la sangre hacia el cerebro, una de las causas principales del ictus. Se introduce un catéter a través de la arteria femoral y se extrae el coágulo sin exponer a los pacientes a los riesgos de una intervención convencional. Gracias a esto y a los beneficios de la técnica, muchas de las personas que sufren un ictus pueden volver a su vida cotidiana sin ninguna secuela.

Así, la cirugía mínimamente invasiva permite realizar un mejor abordaje del ictus, lo que repercute en la calidad de vida de los pacientes. Pero continúa siendo esencial la labor que realizan sociedades médicas, fundaciones y asociaciones de pacientes para acercar el conocimiento a profesionales sanitarios y al conjunto de la sociedad y favorecer así la prevención, diagnóstico y tratamiento del ictus.


Reconocer los síntomas del ictus para actuar a tiempo


Por otro lado, como también se explicó en la jornada organizada por la Fundación Freno al Ictus y la SEN, el tiempo de reacción ante un posible ictus es vital para evitar futuras secuelas. Los principales signos que alertan de que una persona puede estar sufriendo un ictus son: la inmovilidad de un lado de la cara, si se aprecia que la boca se tuerce hacia un lado; la debilidad en brazos y piernas o la parálisis de un lado del cuerpo; la imposibilidad de articular palabras y frases o de hablar correctamente; y la pérdida brusca de visión y de equilibrio o la aparición de un dolor intenso de cabeza. Ante algunos de esto síntomas, la principal recomendación es acudir a los servicios de urgencias.

La indicación por parte del propio paciente o de sus acompañantes de estas señales favorecerá la activación del conocido como Código Ictus por parte del personal sanitario basado en el reconocimiento precoz de los síntomas y la consecuente priorización de los cuidados con el fin de reducir el riesgo de discapacidad.

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