La crioablación es un tratamiento percutáneo, mínimamente invasivo cuya fuente de energía aplicada es el frío, al contrario que ocurre en otros procedimientos convencionales,
como la radiofrecuencia, que es el calor. Esta técnica
cada día avanza más hacia la precisión y a ser cada vez más segura para el paciente, algo que está directamente relacionado
con el tipo de dispositivo que se utilice para ella.
Este tratamiento se viene realizando desde hace tiempo,
pero se están implementando nuevos dispositivos, como el T-38 de Varian/Endocare, que permite minimizar riesgos gracias, entre otras ventajas, a sus agujas de punta activa variable
y que ha sido utilizado por primera vez en el mundo hace apenas dos meses en el Hospital La Fe de Valencia. Así lo explica a
Redacción Médica Raúl García, radiólogo intervencionista del citado centro sanitario.
El especialista manifiesta que
la crioablación se realiza utilizando una aguja que emite frío, "creando
una bola de hielo", y permite el tratamiento de distintos tipos de lesiones, como pueden ser
tumores, malformaciones venosas, tumores óseos benignos, así como en tratamiento del dolor. Se está ampliado a otras patologías, como el fibroadenoma de mama.
"La ventaja de la crioablación es que
es una técnica percutánea, que se puede hacer en ocasiones con anestesia local, no requiere el ingreso del paciente y permite
un control de lo que estás tratando, porque vas viendo la bola de hielo. Estas son las principales ventajas de la crioablación, que se define como un tratamiento percutáneo mínimamente invasivo con frío", indica.
Margen de actuación y técnica segura
García explica que se está aplicando "en todo tipo de tumores
de cualquier localización o como alternativa a la cirugía en muchos pacientes". "Son procedimientos que los podemos
hacer guiados por ecografía, escáner o TAC; y también
se pueden meter dentro de la resonancia en aquellos equipos que sean compatibles".
"Tiene
mucho margen de actuación y es una técnica bastante segura y predecible, ya que antes de los tratamientos planificamos cómo va a ser la intervención, el número de agujas y la forma de entrar. Es casi como una radioterapia con un control de lo que vamos a quemar", apunta el médico.
Desde hace un par de meses han empezado a utilizar para ello
Varian/Endocare, un "generador de crioablación". "Hicimos el primer caso en el mundo y fue para
el tratamiento de una metástasis tipo sarcoma que provocaba dolor. Fuimos los primeros, lo hicimos hace un mes y medio e iremos haciendo más. Usa agujas de prácticamente de punta activa variable y
tiene la ventaja de que una vez que está metida la aguja podemos aumentar o disminuir el tamaño de la esfera de hielo que te permite el tratamiento".
"Dentro del paciente
puedes aumentar o disminuir el tamaño de lo que se quiera tratar minimizando riesgos, que es la novedad", señala García, para añadir que este tipo de dispositivos
utiliza el gas argón, por lo que está todo conectado a una bala que va a mucha presión y sale en forma de hielo.
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