Conseguir que los órganos mantengan las condiciones adecuadas para el trasplante, es uno de los retos pendientes de los expertos. Aunque la congelación podía ser una solución, la vitrificación puede dañar los órganos de manera irreversible. Sin embargo, un estudio publicado en Science Translational Medicine, elaborado por investigadores de la Universidad de Minnesota (EEUU), ha probado que las nanopartículas pueden ser las aliadas perfectas.
Los científicos han logrado que la descongelación se produzca sin alterar las propiedades de las muestras con un método basado en la nanotecnología. A partir de unas nanopartículas suspendidas en una solución líquida se consigue repartir calor de manera uniforme sobre la muestra para evitar que se formen piezas pequeñas de hielo que puedan dañar a corazones, pulmones o hígados antes de ser trasplantados. Aunque la técnica ha funcionado en embriones y células madre, los expertos son prudentes y consideran que no podrá usarse en órganos hasta dentro de una década.
Ampliar el volumen
Hasta el momento, las técnicas convencionales solo funcionaban en soluciones de máximo 3 mililitros, sin embargo, el nuevo método, aplicable a tejidos, ha conseguido que se puedan usar hasta 50 ml. Las nanopartículas funcionan de manera uniforme y permite conservar las propiedades del tejido. Además, no hay riesgo de que esas nanopartículas se adhieran, ya que se pueden eliminar con un lavado.
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