Los padres con hijos diabéticos empiezan a desesperarse con la bomba de insulina de la firma Medtronic y es que la empresa no es capaz de evitar la formación de burbujas en el reservorio donde está la citada sustancia, además de otros problemas que ponen en riesgo la salud de los pequeños.”No hay vez que no aparezcan; y no una sino un montón”, afirma una madre en un conocido foro sobre diabetes. Otra añade: “A mí también me pasa. Unas veces son super burbujones, otras mini burbujas y las veces que menos no tengo ninguna”.
Los usuarios explican que la empresa siempre pone la misma excusa ante la preocupación constante de los usuarios: “Nos dijeron que se producen por la temperatura del cuerpo, que se generan con el calor”. Un argumento que no convence y que se suma a sus dudas sobre si realmente se trata de una artimaña para no aumentar los costes para la empresa. “¿Sería tan difícil que la insulina viniera en reservorios ya precargados? Yo creo que no, lo que pasa es que supongo seria un problema de economía por el costo de los envases”, asevera otro usuario.
Pacientes que utilizan bombas de otras marcas comentan, en cambio, que a ellos ese problema de las burbujas no les pasa. “Es un disparate lo de las burbujas que os sucede a los de Medtronic. Tenían que solucionarlo de una vez, siempre con tonterías de que si es por el calor del cuerpo y demás. El problema es de la bomba y ya está, algo sucede. ¿O qué pasa, que los demás no tenemos calor corporal?”, se pregunta irónico un usuario de la competencia.
Claro que las burbujas quizá son el problema más simple de los que se le acumulan a Medtronic, empresa con la que algunos padres más que convivir, sufren: “El gran problema que está teniendo mi hija con la bomba no son las burbujas, son los catéteres. Se acodan con muchísima facilidad, especialmente cuando se los inserta en la tripa, y se obstruyen. Según el grado de acodamiento, a veces la bomba dispara la alarma de ‘infusión bloqueada, verifique el equipo de infusión’. Otras veces el acodamiento es leve y no produce el aumento de presión suficiente como para disparar la alarma, pero la insulina no pasa y nos enteramos por las glucemias altas y acetona en más de una ocasión”, comenta una afectada.
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