Redacción. Madrid
La incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) al sector sanitario supone una mejora en la calidad asistencial de los ciudadanos. Sin embargo, mejorar el cuidado de las personas con múltiples enfermedades crónicas y mayores de edad sigue siendo uno de los retos más importantes en los diferentes sistemas de salud a nivel mundial.
Aunque la salud en España ha apostado por las nuevas tecnologías y ha experimentado grandes avances en los últimos años, sigue siendo necesario un cambio hacia una medicina más proactiva, ya que el sector se enfrenta a grandes desafíos como el envejecimiento de la población.
A esto hay que añadirle la creciente cronicidad que se encuentra elevando la presión sobre la ofertas de servicios sanitarios, lo que conlleva un aumento del gasto sanitario que a largo plazo lo convierte en insostenible.
La Consejería de Salud apuesta por la telemedicina para facilitar el acceso de los más mayores a los tratamientos.
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Ya que la sanidad actual tiene que transformarse a un modelo más proactivo que promueva el bienestar y la vida independiente de las personas y que, además, suponga un incremento en la eficiencia del sector y en su sostenibilidad, es necesario recopilar información del estado de la salud de los ciudadanos en tiempo real.
Por ello se crea la telemonitorización, una especialidad dentro de la medicina que tiene como finalidad hacer un seguimiento de algunos parámetros biológicos del paciente desde su domicilio, a través de un procedimiento muy parecido al que se realiza en una Unidad de Cuidados Intensivos, donde el paciente tiene conectado un monitor y el profesional sanitario hace el seguimiento de sus parámetros, como por ejemplo, de sus constantes vitales.
En el terreno de la telemonitorización, el paciente se encuentra en su casa, realiza cuestionarios sobre su estado de salud y de una forma periódica envía sus datos biológicos a un centro sanitario a través de Internet y mediante un dispositivo informático. En el momento en que se presenta alguna anormalidad, el personal sanitario se pone en contacto con el usuario, generalmente mediante una llamada de teléfono, para indicar lo que tiene que hacer.
Muchas veces la telemonitorización se acompaña de instrucciones para el paciente sobre la forma de utilizar el equipo y en ocasiones se aprovecha la oportunidad para hacer educación sanitaria sobre su enfermedad, es decir, educación a distancia del paciente.
De esta forma, esta información en tiempo real se puede llevar a los profesionales clínicos, quienes se encargan de tomar las decisiones adecuadas en el momento adecuado.
Con esto se consigue llevar información en directo entre personas independientemente de su ubicación, interconectar hogares y organizaciones allá donde estén, y romper las barreras de la presencia física para conectar a las personas entre sí en movilidad.
La región extremeña es consciente de la conveniencia de que la salud y la tecnología caminen juntas para ofrecer a los pacientes un servicio de calidad, en tiempo récord, sin importar el lugar en el que se encuentren y llevando la teleasistencia médica a cada domicilio.
Proyecto Cronex 3.0
Así, ha puesto en marcha dos proyectos pilotos para objetivar el impacto que la utilización de estos dispositivos tiene sobre la asistencia sanitaria en una región marcada por la dispersión geográfica.
Uno de esos proyectos se denomina Cronex 3.0, en el que se están desarrollando dos ensayos clínicos. Uno de ellos se encuentra en Cáceres y está destinado a personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), mientras que el otro se desarrolla en Mérida entre pacientes con Insuficiencia Cardiaca (IC).
Se trata de un sistema de telemonitorización de bioconstantes en sus domicilios y que se encuentra en fase piloto. Durante este periodo, ambos ensayos cuentan con un centenar de pacientes crónicos, elegidos previamente por profesionales sanitarios, yh que están siendo analizados para comprobar los beneficios de la aplicación de este método en Extremadura.
Para ello, se dota a los pacientes de todos los elementos necesarios en los domicilios como tablets y accesorios sanitarios tales como medidores de oxígeno, para que registren los datos médicos que se necesitan para que el médico haga su seguimiento.
Este servicio permite conectar a los profesionales sanitarios con el domicilio del paciente mediante un canal de comunicación que, a su vez, posibilita realizar el seguimiento continuado de su estado sin necesidad de que el paciente acuda a los centros sanitarios, así como establecer una comunicación a tiempo real.
Para comparar los resultados, se harán dos grupos de control de 100 personas cada uno, uno de ellos estará telemonitorizado, mientras que el otro será un grupo control. Tras este paso y estudiar los resultados, se implantará el sistema para que otros pacientes en la región que puedan beneficiarse si los resultados así lo avalan.
EPOC e insuficiencia cardiaca
Lo que se pretende con este sistema también es evitar la duplicidad de historiales, tener un seguimiento de las incompatibilidades en el tratamiento y poder hacer consultas a través de videoconferencia.
Dentro de la telemedicina, la telemonitorización es una herramienta muy útil para realizar el seguimiento de personas afectadas por una EPOC o con Insuficiencia Cardiaca y reduce costes económicos, aumentado la calidad de vida de los pacientes, evitando reingresos hospitalarios y constantes desplazamientos a los centros sanitarios.
De esta forma, el sistema sanitario tiene la posibilidad de reorganizar los recursos de una manera mucho más eficiente con unos costes más efectivos a largo plazo, favoreciendo la comunicación entre profesionales y facilitando la coordinación entre diferentes niveles asistenciales.
La telemonitorización puede completarse con otras aplicaciones para el tratamiento de pacientes con enfermedades respiratorias, como el telediagnóstico con uso de espirometría a distancia, el teletratamiento del tratamiento inhalado, la teleconsulta en tiempo real con el paciente, teleasistencia apoyando la hospitalización en el domicilio y, en algunos casos, incluso la telecirugía.
Aunque la telemedicina demanda aplicarse desde un nuevo modelo organizativo, no se debe pretender suplantar al modelo tradicional, sino convertirse en un complemento más, para un mayor provecho de sus costes y una mejor organización de los recursos.
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