El
Reglamento de Dispositivos Médicos (MDR) exige que los fabricantes proporcionen instrucciones de uso detalladas (IFU) para guiar el uso adecuado y seguro de dispositivos y productos médicos. De hecho, en él se detallan cómo se deben los
manuales de uso en formato electrónico, pero desde el sector de la tecnología sanitaria europea detectan que esta normativa a pesar de reconocer que la provisión de instrucciones de uso en formato electrónico en lugar de en papel puede ser beneficioso, "su
alcance se limita a categorías específicas de dispositivos".
"Con la rápida
evolución de la tecnología, creemos que el reglamento no alcanza las necesidades que hay en la era digital. Por lo tanto, proponemos una
actualización específica del alcance del mismo para fomentar la igualdad de condiciones", indican desde
Medtech Europe junto a otras once organizaciones en un comunicado.
En este sentido, para sustentar esta opinión han realizado una encuesta entre
fabricantes, pacientes y profesionales de la salud donde se han extraído conclusiones como que más del
88 por ciento de los profesionales sanitarios
preferiría tener las IFU electrónicas, así como que más del 90 por ciento del personal administrativo o
farmacéuticos del hospital se decantan por esta modalidad para
usar los dispositivos médicos. Además, se puso en valor que el cambio completo a las instrucciones digitales podría
ahorrar una media de 500 toneladas de papel por empresa por año (las más grandes hasta más de 6.000) y eliminar el manual físico supondría una reducción de 60 veces en el desperdicio de papel.
Principales ventajas de las instrucciones electrónicas
Asimismo, desde la agrupación que dirige Oliver Bisazza han explicado que las ventajas que presentan las instrucciones electrónicas frente a las de papel. En primer lugar, apuestan por la
accesibilidad mejorada, ya que consideran que con la cobertura actual de internet se puede
acceder y consultar desde cualquier lugar.
Otra de las ventajas es que con el
manual electrónico pueden hacerse
actualizaciones y revisiones en tiempo real. "Se asegura que los usuarios tengan siempre la información más reciente sobre el producto que están utilizando. Esto es crucial para el paciente porque aporta
seguridad y utilización óptima del dispositivo", indican.
Por otro lado, este formato ofrece interfaces más fáciles de usar puesto que permiten la
incorporación de elementos multimedia, como vídeos y funciones interactivas, lo cual, según los expertos, mejora la claridad y eficacia de las instrucciones. Al mismo tiempo, destacan que los formatos digitales facilitan la inclusión de múltiples idiomas y, por lo tanto, "contribuyen a reducir el
riesgo de escasez de servicios médicos y dispositivos y mejorar la disponibilidad general de estos dispositivos, especialmente en un entorno multilingüe".
Por último, un mayor uso de los manuales electrónicos puede
reducir costes tanto para fabricantes como para instituciones sanitarias, ya que la necesidad de impresión, distribución, almacenamiento y gestión de residuos del papel se reduciría significativamente. Ello se suma a la
sostenibilidad ambiental y a los esfuerzos de la Unión Europea de reducir el uso de papel y apoyar el Pacto Verde de la UE.
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