Javier Barbado. Madrid
La tecnología de imagen en tres dimensiones, en particular la utilizada con la resonancia nuclear magnética (RNM), evitará en el futuro próximo una de cada tres extirpaciones radicales de la próstata gracias a su capacidad para guiar al médico que practica la biopsia de esta glándula, que obtiene así información mucho más precisa del estadio y localización del tumor.
Xavier Alomar practica una RNM a un enfermo.
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El responsable de Radiología de la Clínica Creu Blanca de Barcelona, Xavier Alomar, y el especialista de la Fundación Puigvert Antonio Rosales, han corroborado a Redacción Médica, en sendas conversaciones, los potenciales beneficios de la RNM y de la cirugía con visualización en tres dimensiones en el campo de la Urología.
“Antes disponíamos de alta definición en las imágenes del monitor de quirófano, pero nos faltaba la dimensión de la profundidad”, ha explicado Rosales. “Ahora disponemos de la capacidad de utilizar dos ópticas o cámaras que transfieren la señal a un monitor de televisión y permiten la visión tridimensional con ayuda de unas gafas estereoscópicas”, ha señalado, de modo que “se acortan tiempos en la operación y se explora e interviene con mucha más precisión en el abdomen, cuya cavidad se despliega previamente inyectando anhídrido carbónico a una presión de entre diez y quince milímetros de mercurio”. “De ese modo el enfermo sangra menos y la incisión es mínima”, asegura.
Por su parte, Alomar ha precisado que, con la tecnología actual, “podemos hacer cortes finos de la zona prostática y observarlos en tres dimensiones para guiar la biopsia y condicionar el tratamiento focal de la glándula”. La Clínica Creu Blanca de Barcelona, la Fundación Puigvert y la compañía Siemens trabajan en la actualidad en un estudio sobre la detección precoz del cáncer de próstata por medio de la RNM.