La
red de tecnologías sanitarias española va en aumento. Tanto es así, que en el último año ha identificado 63 nuevos dispositivos a incorporar a Sistema Nacional de Salud (SNS), de los cuales,
40 están cerca de implantarse,
tal y como publica el Ministerio de Sanidad en su último informe al respecto. El resto de tecnologías, o bien están en la
última fase de investigación (13 en total) o se encuentra en fase experimental (10).
Además, las 63 futuras incorporaciones abordan prácticamente todas las
especialidades médicas, siendo las más destacadas las de
Medicina Familiar y Comunitaria, Enfermería, Cirugía Vascular, Emergencias, Traumatología y Rehabilitación,
Neumología, Cardiología u Oftalmología.
El objetivo principal de este estudio es detectar qué tecnologías, tanto nuevas como emergentes, pueden incorporarse al sistema sanitario público y qué prestaciones ofrecerán. Esto permitirá, según consta en el informe, “
apoyar la toma de decisiones relacionada con su inclusión en la sanidad, mediante la estimación de su posible impacto tanto sobre el sistema como los pacientes”.
Pero no solo eso. De esta forma, según avanza la documentación, “se dotará al SNS de información útil y a tiempo sobre las tecnologías nuevas y emergentes que podrían impactar de manera relevante sobre los sistemas sanitarios incluyendo nuevas aplicaciones de tecnologías ya existentes”.
Para ello, las agencias y unidades de evaluación que integran la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del SNS (Red ETS) realizan de manera coordinada y sistemática
la revisión de fuentes y recursos de información definidas y generan un listado único de tecnologías nuevas y emergentes identificadas y filtradas según los criterios comunes establecidos. Este listado va acompañado por fichas que
contienen la información mínima necesaria para llevar a cabo el proceso de priorización de estos dispositivos, como pueden ser sus características, uso, evidencia disponible, costes, aspectos organizacionales/éticos y/o sociales.
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