Abbott ha obtenido el marcado CE para la prueba i-STAT TBI Plasma, la
primera prueba rápida portátil de plasma sanguíneo para el T
raumatismo Craneoencefálico (TCE) Leve, que ayudará a los profesionales sanitarios a evaluar a las personas con sospecha de TCE leve, incluidas las conmociones cerebrales.
Según ha informado el laboratorio, la prueba se realizará en su plataforma portátil i-STAT Alinity.
Los resultados están disponibles en aproximadamente 15 minutos tras dispensar el plasma obtenido de la muestra de sangre en el cartucho de la prueba.
Los TCE, incluidas las conmociones cerebrales, son una
alteración de la función cerebral provocada por una fuerza externa. Esta prueba mide proteínas específicas presentes en la sangre tras un TCE leve. Un resultado negativo en esta prueba puede servir para ayudar a descartar la necesidad de un TAC craneal, una herramienta de imagen comúnmente utilizada para diagnosticar la conmoción cerebral. En el caso de los que den positivo, el resultado de esta prueba complementa al TAC para ayudar a los médicos en la evaluación más a fondo de aquellos pacientes que puedan tener un TCE leve.
Las lesiones relacionadas con los TCE, que pueden incluir la discapacidad física y psicológica, empeoran por un diagnóstico erróneo o por la falta de diagnóstico. Según Abbott, la prueba de plasma sanguíneo "brindará a los profesionales sanitarios una herramienta objetiva para ayudar a evaluar a las personas sospechosas de tener una lesión cerebral".
Menos espera en las Urgencias
“Disponer de esta prueba de plasma sanguíneo
podría ayudar a eliminar el tiempo de espera en urgencias y podría reducir el número de TAC innecesarios hasta en un 40 por ciento”, ha declarado Beth McQuiston, directora médica del área de Diagnóstico de Abbott. “Esperamos que esto anime a que más personas se sometan a la prueba después de un traumatismo craneoencefálico, lo que permitirá a los pacientes tomar las medidas adecuadas para recuperarse.”
La prueba precisa de una pequeña
muestra de sangre extraída del brazo, de la que se separa el plasma con una centrifugadora y se aplica en el cartucho de la prueba. A continuación, el cartucho se introduce en el instrumento portátil.
Abbott también está trabajando en un
análisis de sangre completo, que eliminaría la necesidad de separar el plasma y podría utilizarse junto al paciente en un entorno sanitario. La visión de Abbott para el futuro es contar con una prueba portátil que
se pueda utilizar fuera del entorno sanitario tradicional, donde las personas sufren lesiones en la cabeza y necesitan una evaluación rápida, como en los eventos deportivos.
"Inmediatez y precisión en el diagnóstico"
Las personas que hayan tenido un TCE pueden sufrir un
deterioro de la memoria, el movimiento, la sensibilidad (por ejemplo, la visión y el oído) y el
funcionamiento emocional (por ejemplo, cambios de personalidad, síntomas psicológicos). Los efectos del TCE pueden durar desde unos pocos días después de la lesión hasta años de síntomas que les cambian la vida. Las personas que sufren un TCE tienen mayor probabilidad de sufrir otro, de forma similar a como sufrir un esguince de tobillo o un desgarro de ligamentos predispone para sufrir otra lesión en el futuro. La disminución del tiempo entre la lesión y el diagnóstico es un factor crítico en el tratamiento de las TCE.
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