La coyuntura actual está marcada por la
inflación. Según los últimos pronósticos del Fondo Monetario Internacional (
FMI) la media en España de este año será de un
3,5 por ciento, y, en
2024, subirá hasta el 3,9 por ciento. Las empresas sanitarias muestran su gran "preocupación" ante esta situación y advierten del impacto "significativo en el sector", con consecuencias como una mayor presión sobre la rentabilidad de las empresas; que incluso se pueda ver comprometida la viabilidad de algunas compañías.
La Alianza de la Sanidad Privada Española (
ASPE) recuerda que la creciente inflación tiene el "potencial", al igual que ocurre en otros ámbitos económicos, de ejercer un impacto "significativo" debido al aumento de precios de suministros médicos, equipos y tecnología, lo que puede elevar los costes de adquisición y operación para proveedores de servicios de salud privados.
"La consecuencia será una
mayor presión sobre la rentabilidad de las empresas sanitarias y la accesibilidad de los servicios de sanidad privada en España que obligará a las empresas del sector a adaptarse a este entorno inflacionario", detalla la patronal dirigida por Carlos Rus. Además, estas circunstancias harán necesario
"buscar eficiencias operativas" con el fin de mitigar el impacto en los costes.
Como han hecho en otras ocasiones, ASPE pide
implantar políticas fiscales y monetarias "adecuadas que promuevan la estabilidad y accesibilidad". Para ello, piden que España "aproveche" la
adaptación fiscal europea que permite a sectores de interés general la posibilidad de determinar un tipo de
IVA superreducido por debajo del cinco por ciento para equipos, aparatos, dispositivos y artículos de carácter médico y sanitario.
La tecnología sanitaria
La tasa de inflación también es una cuestión que preocupa a la
tecnología sanitaria. Los costes siguen afectando a este sector, que teme que se pueda comprometer la viabilidad de algunas empresas y el consecuente impacto en los pacientes, tal y como sostiene Pablo Crespo, director de Operaciones de la
Federación Española de Empresas Tecnología Sanitaria (Fenin). Aunque este año, se
volvieron a incorporar las cláusulas que permiten la indexación de los contratos públicos de la tecnología sanitaria, que estaban suspendidas desde 2015 y
había generado "tensiones". Sin embargo, su ejecución está siendo más difícil de lo que se esperaba y el beneficio que iba a traer todavía no está siendo perceptible.
"Esto nos afecta a través de varios factores: el constante
encarecimiento de las materias primas y la energía, la subida de tipos de interés que está encareciendo la financiación de las empresas y los
incrementos salariales que están asumiendo las empresas por la vinculación de los convenios colectivos al Índice de Precios de Consumo (IPC)", lamenta Crespo en declaraciones a
Redacción Médica. "Seguir en un
entorno inflacionista no es una buena noticia porque las empresas no tienen capacidad de aplicar mecanismos de indexación y, por tanto, están agotando su capacidad de absorber costes y generar eficiencias", añade.
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