Javier Barbado. Madrid
Si usted vive en Reino Unido e ingresa un fin de semana en cualquiera de los hospitales del servicio de salud británico (el NHS, por sus siglas en inglés), sus probabilidades de morir son mayores que si lo hace un miércoles, lo cual ha replanteado en este país la instauración de prestaciones ininterrumpidas en el campo de la asistencia sanitaria siete días semanales.
El director médico del NHS, Bruce Keogh.
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Así lo atestigua un estudio elaborado a partir de una muestra de 14 millones de pacientes ingresados en centros de Atención Especializada de Reino Unido en los años 2013 y 2014, uno de cuyos autores es el propio director médico del NHS, Bruce Keogh. Sus resultados no dejan margen a la duda: “Aunque son pocos los ingresos hospitalarios que tienen lugar en fin de semana, los pacientes admitidos en sábado y domingo se encuentran más enfermos y muestran un aumento de la probabilidad de fallecimiento en el plazo de 30 días”, reza el documento publicado el 30 de agosto en
The British Medical Journal.
La misma investigación llevada a cabo en el periodo 2009-2010 ya dio pie a conclusiones similares, pero esta última, además, ha revelado que incluso los ingresos hospitalarios que se hacen los viernes y los lunes en la sanidad pública del país anglosajón suponen más probabilidades para el enfermo de morir (algo menores que si lo hace en sábado o domingo) lo cual ha llevado a los autores a hablar del ‘efecto fin de semana’ de una manera más categórica.
Este supuesto efecto –que las cifras demuestran– se atribuye por muchos expertos al hecho de que, los fines de semana, son menores las prestaciones que ofrecen los hospitales y, además, a menudo los médicos más experimentados (que a diario pasan visita) libran en tanto que los más jóvenes, como los residentes y adjuntos con pocos años en el oficio, suelen ocuparse de atender la demanda urgente, todo lo cual influye en la calidad y medios del servicio sanitario.
El especialista Keogh, en este sentido, ha insistido en que el ‘efecto fin semana’ incluye el hecho de que los pacientes ingresados en esos días se encuentran más enfermos y padecen, por lo tanto, un mayor riesgo de muerte que aquéllos que inician su tratamiento hospitalario durante los días laborales de la semana. Esto es, se unen dos circunstancias que explicarían los resultados del trabajo: no se pasa visita o las prestaciones son menores, y, además, por alguna razón los pacientes en peor estado de salud acceden al hospital entre el viernes y el lunes.
Ultimátum a los médicos para abordar el problema
Hasta tal punto llega la repercusión del estudio, que el secretario de sanidad del NHS, Jeremy Hunt, ha advertido de que obligará a los facultativos a pasar consulta los fines de semana y, de hecho, les ha puesto de ultimátum este viernes día 11 para cumplirlo. Y, por su parte, el presidente de la Academia de Reales Colegios de Médicos, Dame Sue Bailey, que representa a unos 250.000 facultativos, ha razonado que el NHS debe invertir más dinero para enmendar el problema, lo que, en su opinión, no pasa necesariamente por implantar un horario de siete días a la semana para las plantillas de los centros.
Sin embargo, el presidente del Real Colegio de Médicos británico, Jane Dacre, ha explicado que el aumento de fallecimientos entre los pacientes ingresados en sábado o en domingo “es improbable que se deba al número de médicos que trabajan el fin de semana, pues existen evidencias de que no todas las muertes de más registradas en ese periodo son evitables”.
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