Un mes antes de que el
Covid-19 irrumpiera en nuestras vidas como un elefante en una cacharrería, la
Comisión Europea aprobaba un paquete de medidas que marca el futuro digital de la Unión Europea. Con la llegada del coronavirus, cabía temer que, como tantos otros proyectos, la creación de una red de Big Data sanitario europeo quedara en el tintero. Sin embargo, fuentes de la Comisión Europea confirman a
Redacción Médica que el proyecto sigue
"vivito y coleando".
De hecho, los jefes de Estado han trasladado a la Comisión Europea, a través del Consejo Europeo, que poner en marcha esta
red de Big Data sanitario es "prioritario" y han fijado como
fecha límite de puesta en marcha "finales de 2021".
"Es uno de los puntos fuertes que se recogen en la
Estrategia de Datos del 19 de febrero. A principios de este mes de octubre, los jefes de Estado y de Gobierno acogieron con satisfacción esta estrategia y pidieron a la Comisión que actuara con rapidez,
haciendo hincapié en el espacio de datos sobre la salud", afirman desde la Comisión Europea.
El Consejo Europeo acoge "con
beneplácito la estrategia europea para los datos, que apoya las ambiciones digitales mundiales de la Unión Europea para construir una verdadera economía europea competitiva de datos, garantizando al mismo tiempo los valores europeos y un
alto nivel de seguridad de los datos, la protección de los datos y la privacidad".
Beneficios de esta herramienta tecnológica
La entidad europea que agrupa a los jefes de Gobierno de la región destaca "la
necesidad de facilitar la disponibilidad de datos de alta calidad y de promover y permitir un mejor intercambio y puesta en común de los datos, así como la interoperabilidad. El Consejo acoge con satisfacción la
creación de espacios europeos comunes de datos en sectores estratégicos, e invita en particular a la Comisión a que dé prioridad al espacio de datos sobre la salud, que debería crearse antes de finales de 2021".
El primer paso en la elaboración de esta herramienta fue dado en enero por el
grupo de trabajo dedicado a Big Data de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que elaboró un
documento con 10 acciones para potenciar su uso sanitario. El mismo plantea que la creación de una
red de Big Data sanitario internacional permitirá a los países europeos nutrirse y mejorar su toma de decisiones.
Los Estados miembros
compartirían así los datos de eficiencia y seguridad de los diversos fármacos, tratamientos o herramientas tecnológicas. La EMA también planteó un medio de financiación de este Big Data, consistente en
elevar las tasas impositivas a la industria farmacéutica.
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